sábado, 31 de marzo de 2012

Último capítulo. 72. Y una eme más un probable infinito.

Cuando me quise dar cuenta, me estaba mirando fijamente, de pie, en frente de mi. 

-¿Por qué sonríes? -preguntó extrañado.
-Por nada. -dije aún sonriendo y levantándome de la mesa.

Caminamos hasta la salida y salimos del local juntos. Y de pronto, se echó a llover. Lo miré con el ceño fruncido. Estábamos lejos de las casas de ambos, así que no tenía ni idea de a dónde ir. De pronto me cogió de la mano y corrimos en cualquier dirección. Nos saltamos un par de semáforos y oímos algún que otro claxon. No sé hacia donde me llevaba, pero yo lo seguía aún agarrada de su mano. Pasamos por delante de millones de gente, que iban con sus paraguas despreocupados y ni siquiera se percataban de nuestra existencia. Hubo gente que se nos quedó mirando, incluso alguna persona que nos reconoció, pero nosotros corríamos veloces, más rápidos que el viento que se llevaba algún que otro paraguas y las hojas caídas de los árboles. Fuimos a parar a un callejón en que una pequeña luz iluminaba el lugar y un pequeño balcón abandonado tapaba una parte y podíamos no mojarnos. Nos paramos uno frente al otro, y yo me apoyé en la pared exhausta. Lo miré tras unos segundos de calma y ambos nos echamos a reír. Apartó la mirada de mi cara y miró a otro lado recuperando un poco el aire. Me quedé mirándolo y miles de ideas y recuerdos se me pasaron por la cabeza.

-Echaba de menos todo esto. -dije.

Me miró al instante y yo me encogí de hombros medio sonriendo. Se puso serio de pronto y se colocó delante de mí, a bastantes centímetros de mi cara pero mirándome fijamente a los ojos.

-Todo lo que me dijiste en la cafetería.. ¿es cierto? -preguntó dudoso.
-Todo, absolutamente todo. -dije mientras notaba cómo se me erizaba la piel.

Vi cómo tragaba saliva y se pasaba la lengua por los labios. Suspiró y a los pocos segundos cogió aire.

-Si pudiera cambiaría lo malo, te lo aseguro. Cambiaría las discusiones, mis salidas locas por la noche sin ti, y todas esas gilipolleces que hice, pero no puedo. No puedo cambiar las cosas malas, sólo recordarlas, como recuerdo los momentos buenos.. -dijo con cierto aire de melancolía.
-¿Te estás echando la culpa de todo?
-Sí.
-No Dani, no. Tú no tienes la culpa de todo lo que hemos pasado estos meses, de que ni siquiera nos dijéramos hola cuando entrábamos a plató, o de girarnos la cara al vernos en el parking. Es culpa de ambos, de que fuimos unos idiotas. Vale que cortásemos pero nunca debimos de ser amigos, de ser lo que.

Y me cortó, me cortó de la manera más bonita que hay de callar a alguien. Me besó en los labios. ¿Y veis eso que siente la protagonista de la película cuando le besan inesperadamente? Pues yo no sentí eso, no sentí nada de lo que cuentan en las películas de amor que me he tragado toda mi vida. Me sentí mucho mejor, me sentí absoluta y sencillamente feliz. Cúmulo de alegrías, cúmulo de amor, de esperanzas, de miedos, de pasión. Y todo ese cúmulo creó el mejor beso de mi vida. Lo besaba a su compás, era él el que marcaba el momento, el que había decidido sellar todas las palabras con un roce largo y sentido de labios. Y no sé cuántas vueltas dieron las agujas de nuestros relojes de muñeca, no sé cuánto tiempo pasó, pero no me importaba. 

De pronto dejó de llover y salió el sol. Los rayos nos pegaron en la cara y nos separamos. 

-Anna.. 
-¿Volvemos a empezar? Por favor, dime que sí, no pidas perdón por haberme besado, no me digas que ha sido un error o un simple método de hacerme callar, por favor no lo hagas. Dime que volvamos a empezar y bésame otra vez.
-No quiero volver a empezar.

Me quedé atónita, mirándole con los ojos llenos de miedo, de desilusión, de esperanza perdida. Me agarró la cara con las manos y suspiró, echando todo el aire en mi rostro.

-No quiero volver a empezar porque no queiro olvidar nada, ni las peleas. Quiero acordarme de todo eso, quiero que dentro de un tiempo, nos acordemos de esas discusiones y nos riamos a carcajada limpia. 

Y dejó de hablar para besarme, para besarme otra vez, para hacer reales todos esos sueños que durante el tiempo separados había tenido. No volvíamos a empezar, sino que seguíamos con nuestra historia, con las bajadas y las subidas de esta montaña rusa. Y eso superaba a todos los comienzos, a todas las segundas oportunidades que podríamos darnos. 

La noche calló de golpe, y me di cuenta cuando lo tenía en la misma cama de hacía cinco meses, dormido. Era aproximadamente la una de la madrugada, pero decidí no dormirme, al menos en un rato. Estaba de cara a mí, sin camiseta, con la sábana debajo del brazo derecho. Yo lo miraba con la luz que provenía de calle, de la luna llena y de las farolas. ¿Sabéis? No sé si seguiré teniendo esta imagen todas las noches de mi vida, si volveremos a hacer el amor de la misma manera en que la hemos echo hace un par de horas, o de si lo seguiré queriendo así durante mucho tiempo, pero no me importa, no me importa porque ahora mismo sé que me tiene ganada, me tiene ganada por culpa de sus sonrisas y de su manía de hacerlo todo sin pensar. Quizá mañana se arrepienta de todo esto y me deje y no volvamos nunca pero, ¿qué más da? Ahora lo tengo en mi cama, a escasos centímetros de mi, y sé que me quiere, ¡me quiere! Así de simple y así de perfecto. Miro la hora. Es casi la una y media, así que será mejor que me duerma. Me echo en la cama y me acurruco a él, lo despierto sin querer.

-Mmmm.. -dice casi de forma inteligible. 
-Siento haberte despertado, duérmete otra vez anda.. -dije hundiéndome en sus brazos.
-Buenas noches princesa. -dijo despacio y abrazándome más fuerte.
-Buenas noches.. eme. -y dejé caer la última palabra de manera en que yo sólo pudiera escucharla.

Y me dormí, sin miedo a que mañana pudiera decirme que no me quería, que se arrepentía. Me dormí en sus brazos, sonriendo una vez más.

71. Penúltimo capítulo. Eme.

Sábado. Las cosas han cambiado desde que escribí la última vez. Ahora mismo me encuentro en casa, sola, sentada en frente del ordenador, viendo por vigésima quinta vez el final de Six Feet Under. Estoy pensando en todo lo que he pasado, en todas las montañas que he tenido que escalar para ser la que soy ahora mismo. Las lágrimas por el precioso final de esta serie se mezclan con las lágrimas por los recuerdos. Lloro hasta que termina y minimizo la página. Abro el reproductor de música y suena 'Eme' de mi querido Leiva. Me tiro en la cama y miro al techo mientras suena la canción a todo volumen. Eme.. No puedo evitar acordarme de él, de mi 'eme' particular. Martínez. Hace casi cinco meses que dejamos de estar juntos.. Hace casi cinco meses que estábamos en esta misma cama, derrochando amor por todos los poros de nuestra piel. ¿Y ahora? Ahora no queda nada. Es duro verlo todos los días por los pasillos. Verlo feliz, verlo sonreír sin acordarse de la que era su rubia. Y recuerdo todos los momentos juntos mientras se me cae otra lágrima más. Nuestras peleas que terminaban en besos, nuestras caricias al despertarnos, nuestras miradas disimuladas cuando no podíamos dejar que nadie supiese que nos queríamos.. Y que ahora no quede ni un resquicio de ese amor se debe a querer ser siempre perfectos, a vivir siempre de manera rutinaria, a querer que él dejase de ser el chico inmaduro y mujeriego que siempre fue, a que yo me acostumbrase a hablar con Miki muchos días para contarnos qué tal todo.. Y él entonces se enfadaba, y yo también lo hacía cuando se iba de fiesta todas las noches y a mí ni siquiera me avisaba..

Acaba la canción y miro la hora. Las seis y tres de la tarde. Miro el armario y decido vestirme para ir a dar una vuelta. Cierro la puerta de casa al rato y salgo a la calle. Decido entrar en una cafetería sin darme cuenta de cuál de todas las que hay en Madrid era. Entro y pido un cortado. Me siento en la primera mesa que veo libre, pegada a la ventana. Miro por ella y de pronto me doy cuenta de dónde estoy. Caigo en la cuenta y miro alrededor. Mierda -me digo a mi misma- estoy en nuestra cafetería, en la que puede verse desde la ventana una peluquería china, en la que las sillas son las más incómodas de Madrid, en la que veníamos todos los días impares de la semana para tomarnos un par de cafés y hablar y no parar hasta que se hacía de noche. Y de pronto lo veo ahí, en la última mesa que está cerca de la ventana, de espaldas a mí, en la misma mesa en la que nos sentábamos juntos.. Mi 'eme'.

Pasan unos minutos y se que ahora es uno de esos momentos en que la protagonista de la película no sabe qué hacer. Uno de esos momentos en que puedo quedarme aquí sentada haciendo como si no lo hubiera visto, irme corriendo y llorar, o acercarme a él y decir cualquier estupidez que nos una de nuevo o nos separe para siempre. Y, extrañamente, tengo claro lo que tengo que hacer. Cojo mi taza de café cortado por la mitad con una mano y me levanto de una de las sillas más incómodas de Madrid. Decidida, camino hacia delante. Un paso, dos, tres, cuatro, cinco, seis y llego allí. Me mira con los ojos como platos y quieto como una estatua. Dejo la taza en la mesa, dándome cuenta de que ha pedido el mismo café con leche que siempre, y me siento en la misma silla de siempre. Me acomodo, cruzo los brazos apoyados en la mesa, me muerdo el labio superior y miro por la ventana, rezando para no llorar. Segundos después, tras darme cuenta de que no piensa decirme nada, lo miro a los ojos y todo se echa sobre mí. El cielo, las mesas de esta cafetería, la peluquería china de en frente, los recuerdos, sus ojos..

-La misma mesa de siempre, el mismo café de siempre.. -digo sin pensar con un toque de melancolía en mi voz.
-El mismo cortado de siempre, el mismo pintalabios de siempre.. -dice rompiéndome los esquemas.

Trago saliva y miro por la ventana. De pronto se me pone la carne de gallina.

-Oye si.. Si has venido a discutir yo.. Yo me voy. -dice con afán de irse.
-¡No! -suspiro- no sé a qué venido.. Entré por casualidad, te vi y..
-Te conozco y sé que tenías otras dos opciones, y por alguna razón has elegido esta.. ¿Me equivoco? -dice buscando mi mirada perdida en el fondo de la taza de café.

Lo miro y me echo las manos a la cara, desesperada. Él, contra todo pronóstico, habla.

-Estoy desesperado, Anna. Ya no sé qué coño hacer para que todo vuelva a ser como antes. He venido todos los días impares de todas las semanas desde que dejamos de ser lo que fuimos a esta cafetería. Venía, me sentaba aquí y me pasaba más de una hora con la misma taza de café, mirando por la ventana. Y todos esos días esperaba verte aquí, sentada en esta mesa, esperándome. Y no ha ocurrido. Y ahora puedes echarme en cara que tenía que haberte dicho algo, que tenía que haber sido yo el que fuese detrás de ti pero, ¿realmente las cosas se habrían arreglado si lo hubiera hecho?

Lo miré atónita. No me esperaba nada de que lo había dicho. Noté cómo los ojos se me llenaban de lágrimas, y pestañeé un par de veces para no dejar que saliesen.

-Sabes que no, sabes que te habría dicho que las cosas no estaban bien, y esto habría ocurrido de todos modos.. -dije tragando saliva.
-¿Y por qué estás aquí ahora?

Me pensé la respuesta, y entonces me di cuenta de que sí que la sabía. De que la respuesta a esta pregunta la sabía desde que lo vi aquí sentado, hace apenas unos minutos. Lo miré con miedo.

-¿Y tú por qué has venido aquí todos los días impares desde que cortamos? -dije seca y tartamudeando.
-Yo he preguntado primero.
-Pero yo he sido la que he venido aquí a hablar contigo.
-¿Por qué no me contestas y punto? Sin miedos, sin obstáculos de mierda. Confía, ten ovarios y dime la verdad.

Cogí aire.

-Han sido los cinco meses más horribles de mi vida. Me los he pasado metida en casa, deprimida, sin saber qué narices hacer. Y ahora de pronto he venido aquí y la realidad me ha pegado en la cara. Me he acordado de cuando te reíste de aquel chino de la peluquería que salió gritando cosas que nadie entendía, de cuando te bebiste mi cortado y yo tu café con leche por error, cuando me dijiste que me querías un segundo antes de beberte el café entero de un trago.. Y me he dado cuenta de que nunca dejé de sentir todo lo que sentía hace cinco meses en la cama de mi habitación.

Me miró serio. Podía haberse levantado, podía haber sonreído, podía haberme ladrado cualquier cosa que me sentase mal. No hizo nada de eso y, como de costumbre, me rompió los esquemas.

-¡Mira a ese chino de ahí! ¡A saberse qué está diciendo! ¡Yo creo que la muchacha se ha ido sin pagar o algo! -y se echó a reír.

Sonreí. ¿Sabéis? Cualquier chica hubiera pensando que no le estaba importando una mierda todo lo que le había dicho, pero yo, en cambio, lo entendí a la perfección. Me eché a reír al compás de sus carcajadas. ¿Que qué había hecho? Me había hecho entender que nada había cambiado, que quería que las cosas volvieran a estar como antes. No sé si me quería del mismo modo que yo a él, aún no lo sabía, pero me quería, de algún modo lo seguía haciendo. Se levantó para ir a pagar y miré de nuevo a la ventana. Aquel chino de la peluquería de en frente se estaba besando con la chica que había salido corriendo de la peluquería. Y cuando terminó le acarició la cara, se agachó y sacó una caja con un anillo. Sonreí aún más fuerte que antes. Vaya, las cosas nunca son lo que parecen..

viernes, 2 de marzo de 2012

Paréntesis.

Bueno chicas, hago un pequeño paréntesis para decir que en una temporada estaré sin subir capítulos. Me explico, antes escribía porque se me ocurrían cosas buenas y me venía la inspiración y pues, me gustaba hacerlo, pero ahora ya no me vienen ideas, y si escribo es porque me lo pedís y no quiero hacer el feo. Lo siento de veras, sé que si escribo una historia es para comprometerme a escribir, pero es que ahora mismo está siendo imposible, y prefiero no escribir, a escribir cualquier mierda, hablando claro. No sé cuánto tiempo será esto, pero necesito hacer una parada, porque me está costando mucho ponerme a escribir y prefiero hacer un parón. Pido disculpas. Lo siento de veras.

domingo, 26 de febrero de 2012

Capítulo 70. Me quiere.

Lo miraba cada dos segundos, y cada vez que lo hacía lo veía sonreír. Me llevó hasta casa y una vez allí, paró el coche. Quitó las manos del volante y me miró. Sonreí.

-Subes, ¿no? -dije mirándolo pícaramente.
-¿Quieres que suba? -dijo sonriendo.
-Claro.

Asintió sonriendo y yo abrí la puerta del coche. Cuando la cerré, ya estaba a mi lado. Miró hacia los lados y me agarró de la mano suavemente, entrelazando nuestros dedos. Caminamos hasta el portal y, como pude, abrí la puerta. Cogimos el ascensor y presioné el botón de mi piso a duras penas, ya que ya estaba abrazándome por detrás.

-Te adoro Simon..
-Estás muy tonto tú.. -dije entre risas.
-Tu culpa..

Llegamos a la planta y abrí la puerta del ascensor. Me acerqué a la puerta de mi casa y la abrí. Él se encargó de cerrarla con el pie. Comenzó a darme besos por el cuello.

-Dani.. Dani..
-¿Qué.. quieres? -preguntó molesto entre besos.
-¿Estás seguro de esto? -pregunté acariciándole las manos que tenía entrelazadas en mi tripa.
-¿A qué viene esa tontería? Claro que lo estoy. -dijo tras apoyar su cabeza en mi espalda.

Me giré como pude y lo miré a la cara. Con mis manos en su cara, me acerqué a sus labios y lo besé despacio. Ya no había prisas, ni miedos, y se lo quería hacer ver con ese beso sincero. Me separé y lo miré a los ojos. Sonrió. Volvió a juntar nuestras bocas, pero esta vez con un toque de pasión. Bajé mis manos hasta su torso y de ahí, las llevé hasta su nuca, acariciando su cuello con mis manos frías y temblorosas. Él empezó a caminar hacia delante, conmigo. Yo estaba de espaldas, pero sabía perfectamente a dónde quería llevarnos.  Me dejé llevar hasta notar que ya estábamos en mi habitación. Caminaba hacia atrás, pero al estar tan concentrada en besarlo y en que me hiciese feliz, me tropecé con la cama y caí tal pato en ella. Él, encima, aplastándome.

-Qué pava eres, hija.. -me decía entre risas.
-Calla anda.

Y volví a besarlo, sin poder aguantar más esa distancia de unos segundos. Bajé mis manos hasta el principio de sus vaqueros, y metí ligeramente las manos dentro de su camiseta. Acaricié con mis dedos la tira del calzoncillo que sobresalía del pantalón. Se estremeció. Él, jugando al mismo juego, me levantó la camiseta metiendo sus manos por dentro y acariciándome la barriga. Lo empujé a un lado y nos hice girar. Me coloqué encima y me senté sobre él. Me quité la camiseta rápidamente. Me agaché de nuevo y le dejé tiernos besos en su pecho, a medida que con mis manos subía su camiseta hasta quitársela.

Los minutos pasaban rápidos, tanto que parecían segundos. Ya estábamos completamente desnudos y él no paraba de besarme todas las partes de mi cuerpo. Yo sonreía y emitía pequeñas carcajadas que apenas podían oírse pero, que se oían. Subí su cabeza hasta mi altura y lo miré a los ojos. Me entendió y al fin, me hizo disfrutar como él solo sabe. Ésa sería la primera vez que lo hiciéramos desde que empezamos a ser novios de verdad. La primera de tantas. Esa manera de disfrutar del amor que sentíamos el uno por el otro sólo era propia de él, y ¿sabéis que? Ahora mismo sé que me quiere, y lo sé no porque me haga el amor, o me bese con pasión, sino por los pequeños detalles. Porque cuando pega tanto su cuerpo al mío, me mira a los ojos, porque cuando me besa, cierra los ojos antes que yo, porque cuando ve aprieto fuerte la sábana de la cama, coloca su mano encima de la mía y la agarra fuerte. Porque todo eso es lo que me hace saber que ahora mismo me quiere, no me hace saber que mañana lo siga haciendo, o que lo haya hecho durante meses, pero sí que ahora mismo lo está haciendo, y es mío, tan sólo mío.

domingo, 19 de febrero de 2012

Capítulo 69. Ahora no podemos perder.

Entré y me lavé la cara con agua fría. No podía permitir que Miki me destrozara. Ahora estoy feliz con Dani y nadie puede estropearme eso. Salí de allí. Entré en mi camerino y recogí mis cosas. Había pensado en ir a por Dani, pero estaría hablando con Cris y no quería molestar. Me puse el abrigo y salí fuera. Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo. Odio el frío. Caminé rápidamente, así me olvidaba ligeramente del frío. Caminando y caminando llegué a mi casa. Nada más entrar me sonó el móvil. Rebusqué en mi bolso. ¿Flo?

-¿Si?
-¡Anna! ¿Te has ido?
-Sí, acabo de llegar a casa, ¿por qué?
-Se me olvidó decirte que hoy teníamos que quedarnos para grabar un anuncio por mis 15 años en televisión.
-Joder..
-Mando a Dani a buscarte, ¿vale?
-Vale. Chao.

Y colgué. Me senté en el sofá a esperar a Dani. Aprovecharía y  le preguntaría por qué tal le ha ido con Cris. A los 10 minutos oí la bocina de un coche. Me había aprendido de memoria ese sonido, el sonido de la bocina de su coche, así que bajé sin asegurarme de si era él o no. Salí a la calle y estaba en lo cierto. Me acerqué a su coche, abrí la puerta y entré.

-Hola princesa. -me dijo sonriendo.
-¿Hoy no me besas?
-Es que me siento un poco mal..
-¿Qué ha pasado con Cris? -pregunté cansada.
-Pues que casi se echa a llorar en mi cara. Anna, sabes que no me gusta nada tener una mala relación con mis ex, y menos con ella que está trabajando con nosotros.
-¿Y te crees que yo me siento bien? Que llevo más tiempo con Miki que tú con ella, joder.
-Vale, no discutamos ahora, que hay prisa.

Ni lo miré después de decir esto. Miré a la ventanilla y esperé a que llegásemos. Una vez allí, nos juntamos en plató y grabamos el anuncio. Recogí de nuevo mis cosas y me dispuse a irme cuando alguien me agarró del brazo cuando salía del camerino.

-Anna.. -era Dani.
-¿Qué? -pregunté de manera prepotente mirando hacia él.
-Pues que no te enfades, joder.
-¿Que no me enfade? Antes me puse yo mal por Miki y me dijiste que por favor que no estuviera pensando en acabar con esto, y ahora, hablas tú con ellas y me dices que no me besas porque te sientes mal. ¿Cómo quieres que no me enfade? Dani, yo no puedo vivir con la angustia de qué estarán pensando ahora nuestros ex de esto. Si me quieres, y quieres que esto salga bien, tienes que olvidarte del qué dirán. No podemos impedir que se sientan mal, pero no podemos hacer que sus males influyan en esta relación.

Se quedó mirándome muy seriamente. Al ver que no contestaba me fui dándole un pequeño golpe con mi hombro en el suyo. Tiré hacia delante con ganas de llorar, pero las aguanté. No quiero más lágrimas, no quiero estar triste.. Me gustaría que por una vez me saliera todo bien. ¡Pero es que esto tiene que salir bien! Hemos luchado por esto, lo hemos pasado mal.. ¿por qué ahora parece todo tan complicado? ¿por qué no dejamos de discutir ni de encontrar obstáculos cuando el camino parecía tan llano?

Una vez fuera de plató, en vez de irme a casa, me paré en la pared del edificio. Me apoyé allí y metí mis manos en los bolsillos del abrigo. Un cigarro, y perdí la cuenta de las caladas. Apenas habían pasado cinco minutos cuando lo vi salir del edificio. No me vio. Al menos hasta que se acercó a su coche, a pocos metros de distancia. Una vez allí, al abrir la puerta del coche, se quedó mirándome. Yo seguía dándole caladas a un cigarro que se había convertido en una mísera colilla. La tiré al suelo y con mi zapato la pisé. Me fui acercando a él con las manos en los bolsillos. Una vez cerca lo miré a los ojos y hablé, dije todo lo que tenía que haberle dicho.

-He luchado mucho por esto para que ahora sigamos con los mismo obstáculos de siempre. Yo no sé si te estás cansando de mí, si quieres volver con ella, o si simplemente te sientes mal, pero la verdad es que no me importa. Estamos juntos y nadie nos va a quitar eso, ¿de acuerdo? Hemos sufrido muchísimo y ahora no quiero estar todo el día de malas. Si me quieres, aunque sólo sea un poco, olvida a Cristina, olvida a Miki, olvida todo lo que ahora tenemos que dejar atrás para estar juntos, por favor. -dije y, tras esto, me coloqué un mechón de pelo detrás de la oreja.

Me miraba muy fijamente, y, contra todo pronóstico, sonrió. Una sonrisa sincera, con ganas. Parecía realmente feliz. Se acercó a mí y me abrazó tan fuerte que sentía el latido de su corazón. Me susurró algo al oído y yo sonreí. Me separé de él y nos montamos en el coche. Encendió la radio y yo me encargué de subir el volumen. Sonaba 'Lo que me gusta'.

"Despertarme de la cama y ver que estás, me conquistes cada día un poco más, cómo hiciste, qué dijiste, cada noche en la puerta de tu portal. Me gusta que des la vuelta y que al girar me vigiles por si acaso vuelvo atrás. Sonreírte y decirte, esta noche contigo ha sido genial"

lunes, 13 de febrero de 2012

Capítulo 68. Lo que hay detrás.

-Eh.. -dije confundida- ¿..qué pasa aquí?
-Pasa que ya sé que estáis.. *ajam* juntos. -dijo Flo entre risas.
-¿Así de fácil? Quiero decir, lo he pasado fatal, he llorado, me he sentido una mierda, y ahora, así, de pronto, ¿estamos todos felices? -pregunté muy sorprendida.
-¿Ya se está usted quejando? -preguntó Dani.
-¿Yo? ¡Pero si yo estoy feliz, tonto! -dije con una sonrisa muy amplia.
-Pues entonces todos estamos felices. -dijo Flo.

Se marchó tras un par de bromas más y nos quedamos los dos solos en el pasillo. Me giré para ir a mi camerino y leerme un poco el guión cuando al hacerlo, sentí sus manos en mi tripa haciendo que yo retrocediese.

-Eh, eh, eh.. ¿el primer día de pareja y ya te escapas de mí? -me dijo al oído.
-Dado que tengo que leerme el guión.. -dije deshaciéndome entre risas de sus brazos.
-¿Y si lo leemos juntos? -dijo volviéndome a agarrar.
-Estás muy tontito, eh. Te tengo loco. -dije mientras caminaba hacia mi camerino con sus manos aún en mi tripa.
-Ya.. -dijo riéndose.

Entramos en mi camerino y estuvimos intentando leer el guión. Parecía un buen programa, aunque es difícil decirlo mientras tienes a alguien abrazándote y besándote todo el rato.

Llegó la hora de empezar y salimos dispuestos a todo, con una gran sonrisa en los labios, incluso más amplia que nunca. Todo iba bien hasta que salió Cristina. No la conozco mucho pero, nunca la había visto así. Estaba seria, triste.. Y es que en el fondo la entendía. Me había centrado tanto en Dani y en mí que no me había parado a pensar en Cris ni en.. Miki. Joder, ¿cómo estará? Vale que sea mi ex pero.. ante todo es una persona que me importa. Por Cris no puedo hacer nada, pero por Miki sí, quizá debería llamarlo..

Acabó el programa y me fui a camerino disparada, dispuesta a llamar a Miki. Busqué su número en la agenda y, tras que mi dedo temblara un par de veces, llamé. Un tono, dos, tres, cuatro.. Cógelo Miki, joder -pensaba-

-¿S.. sí? -preguntó con sorpresa y, creo que, tristeza.
-Hola Miki.. -se me hacía tan raro llamarlo así y no amor, o cielo..
-¿Qué quieres, Anna? -dijo con prepotencia.
-Sabes cómo estás. No tengo tan pocos sentimientos.
-Pocos tuviste al dejarme por ése.
-Miki por favor. ¿Qué querías qué hiciese? ¿Acaso no puedo ser yo feliz?
-Yo podía hacerte más feliz.
-Siento decírtelo pero no, no podrías.
-Está bien, Anna. ¿Querías saber cómo estoy? Pues estoy bien, sí, bien, y me alegro de que tú también lo estés. -dijo antes de colgar.

Colgué yo también y tiré el móvil en la mesa cabreada. Salí de allí para ir al baño y despejarme un poco cuando, al abrir la puerta, me encontré a Dani apoyado en la pared con los brazos cruzados mirando al suelo.
Lo miré con pena, y culpabilidad.

-Lo siento.. -dije mientras me tocaba una mano con la otra y fijaba mi mirada en ellas.
-No tienes que sentir nada. -dijo levantando la vista.
-Ya pero..
-Sin peros. No me ha molestado Anna joder, claro que no -dijo mientras se ponía frente a mí y me agarraba de las manos- lo entiendo. Incluso yo debería hacer lo mismo con Cristina..
-Es que no podemos olvidar que detrás de toda esta feliz hay dos personas sufriendo. -dije mirando al suelo.
-Ey, eh, chst,  mírame -dijo levantando mi barbilla con sus dedos- dime que no te echas atrás, por favor, dime que no.
-Nunca Dani, nunca. -dije simulando una sonrisa.

Me abrazó y me besó la mejilla. Me dijo que lo mejor sería ir a hablar con Cris, y yo asentí. Él se fue en su busca y yo me dirigí al baño.

lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 67. JUNTOS.

Sonreí, sin pensarlo sonreí. Me abracé a él tanto que casi lo rompo a cachos. No quería separarme de él, pero no quería hacerlo nunca. Si en algún momento había dudado de todas las locuras que había hecho ahora ya nada quedaba de todas esas dudas. Ser infiel al que ahora es mi ex, llorar, romper con todo, enfadarme, odiar, todo eso ahora estoy segura de que ha valido la pena. Sentía su olor pegado al mío. Escondí mi cabeza en su cuello y noté cómo él me apretaba más fuerte. Me separé de él y le agarré la cabeza con mis manos. Sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas al ver su cara de felicidad.

-¿En.enton.ces? ¿Estamos juntos? -dije tímida.
-Sólo si tú quieres que así sea. -me dijo mientras no paraba de sonreír.

No pensé, actué. Fue una de las pocas veces que lo hice, y no me arrepentí de ello. Lo besé en los labios. Fuerte, impulsiva y sensualmente. Él me agarró de la parte más baja de la espalda, casi rozando mi trasero. Yo aún seguía con mis manos en sus mejillas y mis dedos enredados en su pelo. Noté cómo me empujaba más hacia él y caminaba de espaldas, buscando el sofá o yo qué sé. Le seguí el juego y comencé a andar en esa misma dirección pero sin parar de besarlo. Sin querer, pisé su pie derecho y eso hizo que se quejara y me mordiera el labio. Se separó para poner cara de dolor mientras yo me tocaba el labio y pasaba la lengua sobre él.

-Qué bestia eres hija. -dijo mientras se tocaba el pie.
-¡Tú me has mordido! -dije aún tocándome el labio.

Ambos nos miramos y nos echamos a reír. Volví a pegarme a él y esta vez me aseguré de sentarlo en el sofá. Me coloqué encima de él, apoyando mis rodillas a ambos lados de su cuerpo. Me agarró de la cintura y pegó de nuevo sus labios a los míos.

Esa noche no nos acostamos. Nos tiramos Dios sabe cuánto besándonos y tras eso, me quedé a cenar en su casa. Os podrá parecer tonto pero, nunca había sido tan feliz. Dani es muy cabeza loca, muy despreocupado, es incluso torpe. También es orgulloso y tiene un mal perder. Sí, es todo eso, pero también es muy sensible, atento y, aunque no le guste reconocerlo, romántico. Cenamos unos filetes con patatas fritas. Como podéis ver, no necesitamos ningún tipo de lujo. A las diez y media me fui de su casa pero, insistió en acompañarme. Me llevó en coche y mientras conducía me contaba cosas, cosas sin sentido, cosas que sólo entendemos él y yo y, sobre todo, sonreía. No dejó de sonreír en todo el trayecto y es que siempre es eso lo que hace que yo sea feliz. Cuando llegamos, me miró y me tocó el muslo. Se acercó a mi y me besó en los labios. Antes de que saliera del coche, me agarró de la mano, lo miré y me sonrió. ¿Veis? Esos son los detalles que hacen que esté ¿enamorada? sí, enamorada de él.

Llegó la mañana siguiente y, extrañamente, me levanté con energía. Tras desayunar y todo eso, me fui a plató. Al entrar, busqué a Dani con la mirada, pero no había ni rastro de él. Entré en mi camerino y dejé mis cosas. Pasé por el camerino de Flo y escuché que estaba hablando con alguien. Puse un poco la oreja y me pareció que era Dani. Me quedé un rato escuchando pero no conseguí entender nada. Aburrida, me fui a buscar a María. La vi caminando a toda prisa por los pasillos.

-¡Meri! -grité, pero no me oyó.

Estará muy ocupada -pensé- como siempre. Oí la puerta de 'Flocución' abrirse y me giré sin pensarlo. Vi saliendo de ella a Dani con varios papeles en la mano. Cerró la puerta y siguió caminando hacia adelante, hacia mí, pero estaba tan metido en esos papeles que ni me vio. Me planté en medio del camino con los brazos cruzados. Cuando ya estaba a centímetros de mí, levantó la cabeza y retrocedió del susto.

-¡Coño! -dijo riéndose- Vaya susto me has dado..
-Es que eres tonto. ¿Qué llevas ahí? -pregunté mientras miraba los papeles.
-Pues tu guión, pava. -dijo mientras me lo entregaba.
-Estás muy suelto tú hoy eh. -dije mientras sonreia.
-Es que estoy feliz. -dijo mientras se mordía el labio.
-¿Y por qué estás feliz?
-Porque estamos juntos. -dijo en voz baja.

Sonreí sin pensar, como ya era costumbre. Justo en ese momento salía Flo de su camerino, y se paró justo a nuestro lado. Lo miré con miedo, justo había estado hablando con Dani y.. ¿qué coño se habían dicho para que nos mirara así?

-Aquí no eh. -dijo riéndose.

Los miré a los dos mientras se reían a carcajadas. Un momento, ¿Dani le ha dicho que estamos juntos? Sí, se lo ha dicho. Entonces, ¿ya podemos ser felices? ¿Ya podemos dejar de esconder esto?

miércoles, 1 de febrero de 2012

Capítulo 66. Y de aquí al cielo.

Lo miré sin poder creerme lo que acaba de salir de su boca. No me salían las palabras. Nacho me miraba y por fin se rompió ese silencio incómodo.

-¿Pero mi hermano no te ha dicho aún nada? Qué extraño. -dijo mientras miraba a un lado.
-Eh.. Ah.. No habrá tenido tiempo.. -dije un poco extrañada.
-Ya.. Será eso, pero no le digas que te he dicho nada, que me mata. -dijo mirándome a los ojos.
-Claro, no te preocupes.

Y se fue sin decir nada más. Yo me quedé ahí mismo, desconcertada. ¿La había dejado de verdad? ¿Y la había dejado por mi? ¿Y por qué aún no ha venido a decírmelo? Me giré y miré a mi derecha. ¡Mierda! Entré corriendo (como pude) en mi camerino y cogí mis cosas. Había visto a Dani, y no quería que me viese ahí parada como una estúpida. Agarré el abrigo y la bufanda junto con mi bolso y volví a salir de allí, ahora cerrando la puerta tras de mí. Nuestras miradas se cruzaron durante un instante, y al hacerlo, se paró ante mí cortándome el paso. Fui a mi derecha y él, así, a su izquierda. No paraba de sonreír, y aunque yo también lo hacía, tenía un poco de resquemor por el tema de que no hubiera venido a decirme nada sobre lo de Cris. Siguió con el juego y decidí decir algo.

-Dani.. -le dije aún con una pequeña sonrisa.
-¿Dónde vas, cari? 
-A casa, ¿dónde voy a ir? -dije mientras me ponía la bufanda alrededor del cuello.
-¿Te llevo? -dijo metiéndose ya en su iPhone.
-No, voy sola. 
-Vale.

Se acercó a mi y me dio dos besos. Dos besos secos, dos besos que nunca me había dado así. Dos besos, uno en cada mejilla. Ni comisuras, ni roces, ni carantoñas. Dos míseros besos. Ni siquiera me agarró de la cintura, ni me sonrió al separarse. Siguió metido en su móvil y yo caminé hacia delante sin mirar atrás.

Llegué a mi casa un poco cabreada y nada más llegar me metí en la ducha. Puse la radio con la música a tope y eso consiguió que me relajara un poco. Me coloqué la toalla alrededor del cuerpo tras acabar y cogí mi móvil. ¡¿Trece llamadas?! Espera, espera, ¿trece llamadas de Dani? Enseguida pulsé el botón de llamada y esperé a que contestara.

-¡Anna! Llevo llamándote un buen rato.. -dijo él.
-¡Estaba en la ducha! ¿Qué pasa? -pregunté un poco asustada.
-Ah no.. Que quería que te vinieras a casa un rato.. -dijo un poco cortado.
-¿Ah, era eso? -dije un poco más calmada.
-Anna, ¿qué te pasa? -preguntó más serio.
-Nada, ahora voy para allá. -dije antes de colgar.

Me vestí y salí de casa en rumbo a la suya. Encima ni me viene a buscar ni nada.. Qué raro está, ya me tiene un poco harta esta actitud. Cuando llegué a su portal, llamé al telefonillo y poco después ya estaba en su puerta, que, extrañamente, tan sólo estaba un poco abierta, ni siquiera esta él esperándome en el marco.

-¿Dani? -pregunté mientras abría la puerta lentamente.

Había poca luz, tan sólo iluminaba el salón la lámpara que tenía colocada junto a la televisión. Seguía pronunciando su nombre, pero no lo veía por ningún lado y tampoco contestaba. Entré dentro y cerré la puerta tras de mi.

-¿Dani? ¡Dani! -dije casi gritando.
-Bú.

Y de pronto alguien, tras susurrarme eso al oído me agarraba por la cintura y entrelazaba sus dedos en mi tripa. Sentí que era él y sonreí sin querer al instante. Sentí su olor, pero no olía a colonia. Era su olor característico, la fragancia de Dani.

-Me has asustado.. -dije en voz baja- ¿qué hacías ahí escondido y con esto casi a oscuras?
-Quería darte una sorpresa..

Se separó de mi y me giró de modo que quedé en frente de él. Me agarró de la cintura y volvió a entrelazar sus dedos, pero esta vez en mi espalda. Yo tenía los brazos muertos, a ambos lados de mi cuerpo. Él me miraba sonriente, y pude ver ese brillo en sus ojos, aunque apenas hubiera luz.

-Qué te pasa.. -me dijo con tono cansado.

Me harté. Me harté de mentir, de fingir, me harté de que estuviera de pronto raro y de pronto como el chico más romántico del mundo.

-Me pasa que no entiendo por qué coño has dejado a Cris y no me has dicho nada. -dije y tras esto, miré a un lado esquivando su mirada.
-¿Quién te lo ha dicho? -dijo soltándose de mi.
-¿Qué más da? El caso es que no me lo has dicho tú.. -dije sin mirarlo.
-¿Y por qué te crees que te he llamado treces veces? ¿Por qué te crees que he dejado esto así de romántico? ¿por qué te crees que quería sorprenderte? -dijo mientras se acercaba más a mi y me agarraba de la barbilla para que lo mirara - Anna, quería que fuese especial.. Desde ahora, nuestras vidas van a cambiar.
-¿A cambiar? ¿Por qué van a cambiar? -dije haciéndome la remolona.

Se acercó aún más a mi. Me cogió de la cara, apoyando ambas palmas en mis mejillas. Se quedó a milímetros de mi. Pegó lentamente su frente a la mía. Yo bajé mis manos, colocadas hasta ahora en su pecho, hasta su cadera; frené y las coloqué en su barriga. Agarré con ambas manos su camiseta arrugándola y haciendo que se acercara otro milímetro más a mi. Noté como su nariz rozaba la mía. Tenía los ojos abiertos y él también, así que pude ver cómo se acercaba otro milímetro más. Apenas quedaba espacio entre nuestras  bocas, y el aire que quedaba entre ellas estaba húmedo, caliente de tanto suspirar, de tener las bocas entreabiertas, deseosas de rozarse. Y de pronto acortó esos milímetros que quedaban y sentí sus labios húmedos en los míos, secos por culpa de la espera. Giró lentamente su cabeza y abrió sus labios para acompasar los míos. Y lentamente se separó, dejándome su sabor en mi boca.

-Todo va a cambiar porque ahora, tú y yo estamos juntos.

sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo 65. Viviendo otra vez.

Llegué a casa y me preparé una sopa. No tenía mucha hambre. Ya había contestado al mensaje con un "Deja de pensar lo mismo que yo! Un besito cielo!! ;)" así que tras cenar, me fui a dormir. Había sido un día muy duro, con muchas emociones.. Al fin había conseguido ser valiente, luchar por lo que en realidad quiero, y aunque Dani no deje a Cristina.. estaré orgullosa de lo que he hecho. Entre tanto pensamiento y tanto recuerdo, me dormí en seguida, dispuesta a vivir el primer día de mi nueva vida.

Me levanté a la hora que debía hacerlo. No me desperté con energía, como en las pelis, me levanté pues como toda persona normal lo hace, muerta de sueño. Me lavé la cara y desayuné un poco. Cuando ya estaba lista me fui tras cerrar la puerta con llave. La verdad es que tenía ganas de llegar a plató y ver a Dani pero, para qué mentir, estaba muerta de miedo. No estoy acostumbrada a este tipo de situaciones y tengo miedo de que las cosas salgan mal y acabemos peor de lo que estábamos antes. Pasé antes por el parking, como siempre suelo hacer para llegar y justo ahí estaba, saliendo de su coche. Pensé en correr hasta la entrada antes de que se girara y pudiera verme pero, ¿para qué? Así que me acerqué a él por detrás. Antes de que llegara a colocarme a su lado, se giró y me vio.

-Buenos días. -dijo con una sonrisa en la cara.
-Hola.. -dije devolviéndole la sonrisa.
-¿Vamos entrando? -dijo mientras cerraba el coche apretando un botón.
-Claro.

Caminábamos juntos hasta la puerta mientras hablábamos de todo menos de lo que teníamos que hablar. Nada más entrar nos encontramos con Raúl, que andaba haciendo el tonto por ahí con todo el mundo.

-¡Qué pasa troncos! ¿Cómo va esa mañana? -nos decía a ambos.
-Nosotros bien, tú no paras un momento eh. -dijo Dani mientras se reía.
-Nunca hay que parar de ser feliz, muchacho. Por cierto, os llamaba Flo. ¡Chao! -dijo antes de irse.

Ambos nos miramos y nos reímos. La verdad es que Raúl es la pizca de locura y positividad que a veces nos faltaba un poco a todos. Fuimos al camerino de Flo y allí nos estaba esperando él solo.

-¿Flo? ¿Nos buscabas? -preguntó Dani entrando.
-Sí, sí, pasad. -dijo aún sentado en la silla.

Entramos y nos sentamos en el sofá.

-Tan sólo os queria preguntar que tal van las cosas. Sabéis que no me gusta que haya malos rollos. -dijo serio.

Antes de contestar, Dani y yo nos miramos. Apuesto a que ambos pensamos lo mismo. La verdad es que creo que ninguno de los dos sabía qué contestar..

-¿Qué pasa? -preguntó Flo.
-Nada.. nada. Todo está bien. -contesté con una sonrisa

Tras asegurarse de que era cierto, que todo estaba bien, nos dio los guiones y nos fuimos de allí. Dani cerró la puerta y me paré frente a él.

-¿Y ahora qué? -pregunté un poco asustada.
-Ahora voy a hacer mi parte. Tú vete a tu camerino y haz lo que siempre haces. No te preocupes por nada, yo me encargo de todo, eh. -dijo mientras sonreía y me acariciaba la mejilla.

Tras esto se dirigió hasta el camerino de Cris.. Entonces, ¿lo va a hacer? ¿La va a dejar? Con miles de preguntas en mi cabeza me metí en mi camerino e hice lo que Dani me pidió, lo de siempre.

Llegó la hora del programa y mientras Dani y yo esperábamos a que Flo nos llamara para salir, nos reímos un rato olvidando la cantidad de problemas que había a nuestro alrededor.

"Y esta movida no sería tan movida sin ¡Anna Simon y Dani Martínez!"

Salí como siempre, sonriente, feliz, ocultando todas esas cosas que hacen que a veces no sea la Anna que todo el mundo ve, la Anna feliz, optimista, chistosa.. Pero tengo que agradecer millones de cosas, y la mejor forma de hacerlo es sonriendo y haciendo ver al mundo que estoy feliz. Abracé a Flo y le di dos besos como siempre. Me quedé esperando a Dani y en cuanto llegó me tiré en sus brazos. Me abrazó muy fuerte y me pegó a él. Noté algo extraño en ese abrazo, noté fuerza, noté felicidad, noté.. ¿valentía? Me separé de él con la atenta mirada de Flo, que no paraba de sonreír y nos sentamos para empezar.

" Y ahora todos atentos porque llega.. Cristina Pedroche. *Claaaaro* "

Por la puerta entraba Cris, divertida y sonriente como siempre. Tras saludar a Valdi, se sentó en el sillón y todo comenzó como siempre. Noté algo extraño en ella, noté que no estaba tan sonriente como siempre. ¿Habrá roto Dani con ella ya? ¿Así de rápido? Dejé a un lado el tema y me centré de nuevo en el programa.

Ya eran casi las seis y el programa había acabado. Salí de mi camerino en busca de Dani y al salir me choqué con Nacho.

-Ups, perdona. -dije.
-Nada, nada. ¿Qué haces que sigues por aquí? -preguntó.
-Ah, nada..
-¿Buscabas a mi hermano, eh? -preguntó mientras se reía.
-¿Eh? Ah.. jajajaja. No, no.. -dije poniéndome roja.
-Ya, bueno, acabo de hablar con él. Deberías estar contenta, al fin os salen las cosas bien.
-¿Qué? -dije perdida.
-¡Que al fin mi hermano ha dejado de ser un cobarde!
-Perdona Nacho, no entiendo a qué te refieres.
-¿No? Ah.. pues.. pensé que te lo había dicho ya..
-¿El qué? Joder, explícame, no me asustes.
-Anna.. Ha dejado a Cris.

martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 64. Por qué te quiero.

-¿Eh.. eh yo..? Joder, no había pensado en Cris.. -dijo mientras se sentaba en el sofá.
-Ya, ni yo, hasta ahora que me la he encontrado. -dije mientras mm quitaba el abrigo y dejaba el bolso en la entrada.
-¿Qué te la has encontrado? ¿Dónde?
-En un bar. Nos chocamos y me dijo que quería hablar conmigo. Salimos fuera y me dijo que no quería que hubiera malos rollos entre nosotras, pero que.. que yo tenía que entender que vosotros estáis juntos y que ella se ponga celosa de mí. -dije sentándome a su lado.
-Joder, joder, joder.. Soy gilipollas Anna. -dijo colocando sus manos en la cabeza.

Coloqué mi mano derecha en su espalda y froté lentamente, acariciándole. Él apartó la cara de sus manos y me miró de reojo. Yo sonreí dulcemente, sin llegar a enseñar los dientes. Él se giró, de tal modo que quedamos aún más pegados. Yo seguía con mi mano derecha colocado en su espalda, pero ya había dejado de acariciarlo. Poco a poco se acercaba a mi cara, y sabía qué era lo que pretendía hacer. Se encontraba a pocos milímetros de mí, y entonces, a duras penas aparté mi cara.

-Dani.. ¿no crees que hemos hecho demasiadas cosas mal ya? -pregunté en voz baja.
-Por eso mismo, si vamos a ir al infierno de todos modos..

Volvió a acercarse a mí, pero esta vez me agarró de la nuca para que no pudiera escaparme. Cerré los ojos instantáneamente y noté cómo sus labios rozaban los míos. En ese momento me di cuenta de que lo único que necesito en este mundo son sus besos. Esos labios tan cálidos, tan dulces.. Y esa manera de besarme que tiene. Y adoro cuando lo hace deprisa, o cuando no me lo espero, y de pronto nuestros dientes se chocan por una milésima de segundo.. Y de pronto abro los ojos, ya que dejo de sentir sus labios. Lo veo delante mío, riéndose.

-¿Qué coño haces? -pregunto seria.
-¡Jajajajajaja! ¿Qué pasó Anna? -preguntó entre risas.
-Ven aquí y bésame en condiciones anda.
-Nooo, nooo, nooo. "Hemos hecho demasiadas cosas mal" -dijo imitándome y levantándose del sofá.
-¡Tonto, ven aquí! -dije levantándome y yendo tras él al ver que se había ido corriendo al otro lado del salón.

Fui detrás de él, pero como siempre él corría más rápido. En realidad parecíamos un par de niños. Ambos estábamos separados ahora por el sofá y no parábamos de reír. E aquí una razón más por lo que he apostado por esto, por él. Gracias a estas bobadas, a estos ataques de risa que le dan, a que aún se crea un niño, no dejo de ser la Anna Simon que era antes de ser, bueno, famosa. Él hace que mis pies estén aquí en la tierra, aunque a veces me haga tocar el cielo.

Tras rendirme, y con ello sentarme en el sofá, agotada de hacer el tonto, se sentó a mi vera y se quedó mirándome. Al notarlo, hice lo mismo. Miró al suelo de pronto y tras un poco más de silencio, volvió a mis ojos, esta vez serio.

-Voy a dejar a Cris.
-Dani.. Porque yo haya dejado a Miki por ti tú no tienes q..
-Quiero hacerlo. Quiero estar contigo, quiero hacer las cosas bien por una vez. -dijo mientras acababa con una sonrisa en la cara.

Me mordí el labio y sonreí. Él miró su reloj de muñeca.

-¿Cenas conmigo? -preguntó acercándose un poco más a mi.
-No.. Mejor me voy a casa. -dije ya levantándome.
-Ey.. ¿por qué no te quedas?
-Mañana es lunes, no quiero jaleos. Me voy a casa, ceno allí y mañana nos vemos ¿vale? -dije sonriéndole.
-Vaaaale.. -dijo con pereza y desgana.

Me acompañó a la puerta y nos quedamos quietos en silencio. Él apoyado en el marco de la puerta y yo ya fuera, frente a él.

-Bueno.. pues.. hasta mañana. -dijo él rascándose la nuca.
-¿Vamos a hacer las cosas bien o nos vamos a saltar de nuevo las normas? -pregunté mirándolo.
-Aquí la sensata eres tú.
-Pues la sensata te pide que la beses, que la beses bien, que el infierno no puede ser tan malo.

Y tras decir esto, se acercó a mi y me besó, me besó tal y cómo quiero que me bese. Y como dije antes, nuestros dientes chocaron por una décima se segundo. Giramos nuestras cabezas al compás de las agujas de cualquier reloj que marcase la hora perfecta. Y, tras esto, se separó lentamente de mí. Le acaricié la mejilla y sonreí.

-Hasta mañana cari. -dije con voz dulce.
-Adiós.. princesa.

Y tras decir esto bajé las escaleras y me fui. Mañana será otro día -pensé. Dani supongo que dejará a Cris.. y no, no lo sé. Tendré que controlar las ganas de besarlo, y no sé si podré. Cuando ya había salido a la calle, el móvil comenzó a sonar. ¿Un mensaje? Sí. Lo abrí. Ay Daniel.. no puedes vivir sin mi..

"Y ya t echo d mens!! Mñana a aguantr ls gans de besart.. q dura sta vida rubia! Djare a Cris, t lo prometo. Llega bn a casa y echam d mens! ;)"


¿Veis? Es por esto por lo que lo quiero tanto.

sábado, 21 de enero de 2012

Capítulo 63. Cayendo en la cuenta.

Pasé el tiempo que quedaba antes de quedar con mis amigas bañándote, colocando las cosas de la maleta y decidiendo qué ponerme. Me puse un vestido entre elegante y sexy de color negro a juego con unos tacones del mismo color. No me hice nada en el pelo, tan sólo me lo dejé suelto y natural. Cuando ya casi era la hora me puse el abrigo, cogí mi bolso y me fui tras cerrar la puerta con llave.

Cuando llegué al lugar donde habíamos quedado tan sólo estaban Marlen y otra chica a la que me presentó al instante. Las demás chicas fueron llegando un poco después. Comimos en su casa todas juntas y luego salimos a dar un paseo. Eran ya las seis y media de la tarde cuando entramos a un bar. Había bastante gente, pero tampoco demasiada. Estaba tomándome una copa mientras me echaba unas risas cuando noté que alguien se chocaba conmigo.

-¡Uy perdona! -dijo ella.
-Ah no pasa nada.. -me giré para mirarla y me di cuenta de quién era- ¿Cristina?
-Ah.. hola Anna.

Ambas nos quedamos en silencio unos segundos. Ella no se iba, y yo tampoco tenía intención de irme de allí.

-Oye que.. quería hablar contigo. -me dijo mirando intermitentemente al suelo.
-Vamos un poco fuera, si quieres. -dije amablemente.
-Sí, mejor.

Ambas nos alejamos, tras yo decirle a una de las chicas que volvía en un minuto. Salimos del local y nos quedamos cerca de la puerta.

-Tú dirás -le dije al ver que no comenzaba a hablar.
-Pues.. Tú y yo no nos llevamos muy bien, la verdad. Y más bien es por mi culpa, por.. ay, pues por Dani, si es que ya lo sabes. A ver Anna, yo no quiero que haya mal rollo, que yo no quiero que nos llevemos a matar y eso pero, tienes que entender que Dani y yo estamos juntos, y que se pase todo el día contigo no sea bueno para mí. -dijo mientras me miraba y tras acabar cruzara los brazos.
-Sí, claro, yo no.. no pretendo interponerme.. -la verdad es que no me salía nada más, así que preferí zanjar el tema- así que por mi todo arreglado, que tampoco quiero malos rollos.

Me miró y me sonrío y yo hice lo mismo. Se despidió de mí y me dijo que tenía que irse ya, que ya nos veríamos el lunes. Cuando se fue, me quedé allí fuera. Por suerte antes de salir del bar cogí el bolso y ahora puedo fumarme un cigarro. Abrí el paquete y cogí uno. Lo enmcedí y dí una calada rápida. Me apoyé en la pared del local y seguí fumando. Soy gilipollas.. He dejado a Miki, y aunque no me arrepienta de ello, no había caído en que Cristina aún sigue con Dani y encima ahora me dice esto.. Si Dani rompe con ella, seguro que se enfadará más porque sabrá que ha sido culpa mía.. y esto repercute a Flo, repercute al programa.. Aunque tampoco sé si Dani la quiere dejar o no. Sentí cómo la puerta del bar se abría y salía alguien. Al principio no presté atención, pero cuando se colocó a mi lado me di cuenta de que era Alicia, la chica que acababa de conocer, amiga de Marlen. Se puso a mi lado, apoyándose también en la pared.

-Las chicas andan preguntándose qué haces aquí. -dijo sin mirarme.
-Ah.. Tan sólo quiero relajarme un poco. -dije con voz triste.
-¿Qué te pasa? Sé que no soy la persona más indicada para que le cuentes las cosas pero, realmente te veo muy afectada. -preguntó seria.
-Dejémoslo en que soy idiota. Hago cosas sin pensar en las consecuencias. Doy mucho de pronto, sin saber si voy a recibir todo lo que estoy dando. -dije de sopetón.
-Eso es bueno. Es bueno porque eso significa que eres valiente, significa que te juegas por lo que quieres. ¿Sabes? Yo no te conozco prácticamente pero estoy segura de que eso que das sin saber si lo recibirás lo haces por un buen motivo. Yo creo que en el fondo sabes que esa persona por la que das tanto, ha sabido darte hasta ahora lo que has necesitado y por eso lo das todo, porque sabes que tendrás recompensa.

Me quedé pensativa y ella no añadió nada más. Tiré el cigarro al suelo y lo pisé.

-Ah, toma -dijo mientras me daba mi abrigo.
-Gracias y.. ¿te importaría decirle a las demás que tengo que irme? Es.. urgente. -dije mientras la miraba.
-Claro, les diré que te sentías mal y ya está. -dijo mientras me sonreía.
-Muchas gracias.. de verdad.

Y tras sonreírme una última vez entró en el bar. Me puse el abrigo y me fui directa a casa de Dani. Por el camino pensé en lo que Alicia me había dicho. Es increíble, pero ha dado en el clavo. En realidad pienso que vale la pena darlo todo, porque Dani siempre ha hecho cosas buenas por mí, y a pesar de todo sigue estando ahí cuando lo necesito. Ya había llegado al portal, así que llamé al telefonillo.

-¿Si? -preguntó.
-Dani, abréme, soy Anna.
-¡Claro, sube! -dijo contento.

Abrí la puerta y subí en el ascensor hasta su piso. Lo vi apoyado en el marco de la puerta sonriéndome. Suspiré al acercarme a él. En cuanto lo hice me abrazó, pero yo no respondí a su abrazo hasta un poco después. Qué bien huele.. -pensé. Apreté su sudadera con mi mano derecha y cerré los ojos. Poco después me separé de él y entramos en su casa.

-Dani.. -dije antes de que hablara.
-Dime amor.
-¿Vas a dejar a Cristina? Necesito saberlo. -dije seria mientras veía su ceño fruncido.

martes, 17 de enero de 2012

Capítulo 62. Recuperando el tiempo.

Si ahora mismo sonara una canción, como en las películas, no sería otra que 'Paradise'. No podíamos parar de besarnos. Al principio era yo la que marcaba el ritmo, pero ahora mismo es él. Es su cumpleaños, éste es un regalo, así que puede hacer lo que él quiera. Seguíamos en la misma posición, pero poco a poco me iba moviendo hasta que de pronto nos caímos en el sofá. Nos separamos el uno del otro ligeramente. Lo miré y él me miró. Ambos comenzamos a reírnos. Me acerqué más a él para proseguir con lo que estábamos haciendo, pero él se separó.

-¿Qué pasa? -pregunté mientras le acariciaba la cabeza.
-Pues que tiempo de besarnos tenemos pero.. ¿no crees que deberías explicarme lo de Miki? -preguntó mientras me acariciaba la mejilla.

Tras asentir con la cabeza nos colocamos mejor en el sofá. Yo me acomodé sobre él pegando nuestras barrigas mientras él apoyaba su cabeza en el extremo del sofá. Me tenía agarrada con la parte más baja de la espalda donde entrelazó sus dedos y yo mientras le acariciaba el pelo.


-El jueves por la tarde me llamó una amiga de Barcelona diciéndome que una chica y Miki habían estado tonteando mucho. Tenía pensado hablar con él y pedirle explicaciones, pero me di cuenta de que tú y yo.. bueno, eso, por tanto no tenía ningún derecho de reprocharle nada. Total, llegué a Mollet y ya tenía decidido que quería dejarlo entonces hablé con él y le dije que ambos sabíamos que la relación muy bien no iba así que.. pues eso, que lo dejé.. -dije poniendo cara de tristeza.
-¿Estás bien?
-No lo sé.. No me arrepiento de lo que he hecho, pero.. Me da pena, me da pena porque llevo bastante tiempo con él y.. -y entonces no pude contener las lágrimas.
-Ey, shh..

Y colocó sus brazos a ambos lados de mi cuerpo, abrazándome y pegándome más contra él. . Porque él es así, él no pregunta si puede besarme o si necesito un abrazo. Él actúa, actúa no porque sea valiente o deje de serlo, sino porque sabe lo que necesito y quiero en cada momento. Y esa es una de las razones por las que no he dudado en dejar a la persona que se suponía que debía ser el hombre de mi vida.

-Dani.. Lo siento. -dije aún acostada entre sus brazos.
-¿Por qué lo sientes?
-¿Te.. te acuerdas de cuando me dijste que Miki te había prohibido pasar tiempo conmigo, que te había gritado y todo eso que me dijiste..?
-Sí..
-Pues siento no haberte creído. Ayer cuando hablé con él.. Me dijo algo de eso, que si le dejaba por ti y esas cosas.. Me dijo que estaba harto, que sabía que esto pasaría.. buf.. -dije mientras me apretaba más a él.
-No pasa nada princesa.. Ya pasó todo, ¿vale? Deja de llorar..

Estuvimos así un rato y la verdad es que podría quedarme así toda la vida.. Al rato me levanté porque mi móvil empezó a sonar. Me levanté del sofá deshaciéndome de los brazos de Dani y lo cogí.

-¿Sí?.. Sí, estoy en Madrid. ¿Ahora?.. Ah, ¿en dos horas? No tranquila, jaja, ¡si ya sabes que a mí me encanta! Claro que sí ... No me lo pierdo, que no que no. Vale, pues en dos horas allí. ¡Chao! -y colgué.

-¿A dónde tienes que ir? Yo que quería pasar todo el día contigo.. -me decía Dani mientras se acercaba a mi y me agarraba de las caderas.
-Una amiga celebra su cumpleaños, y quiere que otras chicas y yo vayamos a comer juntas y pasemos la tarde por ahí.. -dije acariciándole el pecho.
-¿Qué amiga?
-Marlen, no sé si la conoces.
-Pasa de ella y quédate conmigo anda.. -me decia mientras me pegaba más a él.
-No Dani, que ella me ha ayudado mucho siempre y tengo que ir, además, ¡quiero ir! Siempre me lo paso muy bien con ella y hace mucho que no la veo, así que.
-¿Tanto te importa? -dijo riéndose irónico.
-Pues sí Dani. Además, es la única con la que puedo hacer cosas de abuela..

Se separó de mi a regañadientes. Recogí mis cosas y me puse el abrigo mientras él se iba a su habitación. Salimos de casa los dos juntos y montamos en su coche. En un rato estábamos en mi casa. Fui a salir del coche cuando de pronto me agarró del brazo.

-Eh, ¿no te despides de mi o qué? -dijo mientras sonreía.

Miré a ver si nadie se había percatado de que estábamos ahí los dos juntos y pegué mis labios a los suyos, aunque fue tan sólo un beso fugad. Al instante me separé.

-Cómo odio tus picos..
-¡Pues no me beses! Adiós cari. -dije abriendo la puerta y saliendo del coche riéndome.

Me di la vuelta y lo miré antes de subir. Empezó a vocalizar algo y al instante se rió. "Te odio" había dicho. Le lancé un beso y me di la vuelta para irme a casa. Creo que es hora de ser feliz.

domingo, 15 de enero de 2012

Capítulo 61. Veinticinco de diciembre (parte 2)

-¿Más? No Anna, en serio, ya te has pasado con tanto regalo.. -dijo Dani mirando al suelo.
-Es que este regalo era el que en realidad quería hacerte, los demás han sido un poco de paripé.. -dije casi tartamudeando.
-Bueno, está bien, ¿qué es? -dijo sonriendo.

Lo miré a los ojos. Tenía una cara de niño pequeño, igual que la que uno pone cuando busca los regalos del día de reyes.. Pero es que esto es más especial que todo lo demás..

-Dani es que.. No sé cómo darte este regalo. -dije mientras miraba al suelo y meneaba la cabeza.
-¡Pues como los otros tres, boba! A ver, ¿dónde tienes la bolsa o la caja o lo que sea? -dijo mientras empezaba a hacerme cosquillas.
-¡No, para! ¡Para Dani! Jajajaja, ¡para! -grité para que parara.
-Pero si no tienes nada por aquí, ¡estará en el bolso! -y se levantó para rebuscar en él.
-No vas a encontrar nada.. -le dije aún sentada en el sofá.

Me levanté de ahí y me acerqué a él lentamente. Le agarré de la muñeca derecha para que parara de rebuscar. Me miró divertido pero al ver mi cara cambió la expresión. Cerró el bolso y se colocó de cara hacia mí. Yo le agarré ambas muñecas con mis manos y las subí hasta agarrarlo de los antebrazos. Miré al suelo y suspiré.

-Anna, ¿qué coño pasa? Vienes aquí de súper buen rollo, preparamos el desayuno y me das los mejores regalos de mi vida, pero de repente te pones seria y me dices que hay un cuarto regalo. ¿Me lo explicas de una vez? -dijo mientras movía los brazos para deshacerme de mis manos.
-No debí venir. -dije mientras me daba la vuelta para ir a por mi abrigo.
-¡No Anna, no te pongas ahora así! -dijo mientras me agarraba del brazo y me giraba para volver a la posición de antes.

Lo miré a los ojos y me di cuenta de que estaba totalmente desorientado. Es que tiene razón.. Me presento aquí toda feliz, y de pronto me pongo así.. Soy una auténtica imbécil. Coloco mis manos en la cara y me echo sobre él, apoyando así la cabeza entre su hombro y su cabeza. Él tarda en reaccionar, pero al hacerlo coloca sus manos en mi espalda y las mueve delicadamente, acariciándome. Yo continuo en la misma posición mientras unas cuantas lágrimas caen por mis ojos. Me separo de pronto y me limpio un poco los ojos antes de mirarlo de nuevo.

-¿Me vas a explicar qué pasa? -me decía mientras me sonreía disimuladamente.
-Dani.. No quiero más complicaciones, no quiero más discusiones, ni malentendidos.. No quiero que a Juange se le escape que hemos estado juntos en casa y Cristina se enfade, no quiero tener miedo por sentir lo que siento, no quie.
-¿Y qué es lo que sientes? -me dijo cortándome.
-¿En serio no lo sabes?
-Pues no, y sé que me lo has dicho millones de veces, pero es que ahora mismo no sé qué sientes. El día que estuvimos en tu casa, me quedé casi toda la noche despierto mirándote y pensando en todo lo que habíamos vivido y en todo lo que yo siento, porque todo eso lo tengo muy claro Anna, sólo me falta saber lo que tú sientes por mi.. -me dijo mientras se acercaba un poco más a mi.
-Ése es mi cuarto regalo..
-¿Cómo?

Me acerqué un centímetro más a él, quedándonos así a menos de cinco centímetros de distancia. Miré sus labios, esos que ahora mismo necesito tanto. Coloqué mis manos en su tripa y agarré fuerte su sudadera. Levanté la mirada y lo miré fijamente a los ojos. Él se mordió el labio instantáneamente y bajó su mirada a mis labios. Me pegué un poquito más a él, con la intención de deshacer esa distancia que quedaba entre nuestros labios..

-Para, para, para.. -me dijo mientras me empujaba lentamente- Anna, me muero por besarte pero, cómo tú dices, no quiero jaleos, y sé que te vas a arrepentir después y te vas a sentir mal por Miki..
-¡Es que ese es mi regalo! Dani, he dejado a Miki, y lo he dejado por ti.

Y sin dejar que dijera nada más me acerqué lo más que pude a él y junté nuestras bocas. Al principio no reaccionó, pero cuando comencé a aumentar la pasión en aquel beso, él me agarró de la parte más alta de la espalda y me presionó más contra él a medida que respondía a mi beso, a nuestro beso, al mejor beso de mi vida.

sábado, 14 de enero de 2012

Capítulo 60. Veinticinco de diciembre (parte 1)

Lo miré a los ojos y vi cómo se formaba una cálida sonrisa en su cara. Se colocó la mano en la nuca e hizo una mueca mientras miraba al suelo. Volvió a mirarme.

-Me dijiste que no podrías felicitarme. -dijo intentando que la sonrisa no se le escapara de nuevo.
-Te mentí. -dije seria.
-Anna, es domingo por la mañana. La verdad es que no sé qué hora es, pero es muy pronto, eso seguro. ¿Has venido hasta Madrid solo para felicitarme?
-No, en realidad también he venido para darte unos regalitos. -dije sonriendo.

Rió fuerte, fue más bien una carcajada y se apartó un poco para darme a entender que podía pasar dentro. Hice una mueca, algo parecido a una sonrisa y entré.

-Supongo que la primera no he sido. -dije mientras me giraba para tenerlo de nuevo en frente de mí.
-No, pero en persona sí. -dijo terminando de cerrar la puerta y mirándome.

Sonreí instantáneamente. Le pregunté si podía sentarme y me dijo que por supuesto que sí, que estaba en mi casa. Antes de sentarme me quité el abrigo y la bufanda los dejé a un lado del sofá. Me estiré un poco la camiseta larga que había traído, (que por cierto era muy mona) y me senté en el sofá cruzando las piernas.

-Eh, espera aquí que me pongo un poco decente, jaja. -dijo mientras se daba la vuelta y entraba en su habitación.

La verdad es que el pobre se acababa de levantar. Llevaba puesto un pantalón corto de pijama y una camiseta de manga corta también, de color rojo. Abrí un poco las tres bolsas que llevaba. Una era de color plateado, otra azul clarita, y la tercera era verde oscura. Cada una contenía un regalo envuelto. Comprobé que estaba todo en su sitio y justo cuando las dejé de nuevo en suelo Dani salió de la habitación. Se había puesto un pantalón y una sudadera, y unos calcetines también. Da igual lo que se ponga, está guapo de todos modos..

-Ey, no te he preguntado, ¿quieres algo de beber o de comer? -me dijo antes de sentarse.
-No Dani, quiero que pares un poco, te sientes y abras mis regalos, ¿puede ser? -dije sonriendo.
-Jajaja.. claro. -dijo sentándose a mi vera.

Le di la primera bolsa, la más pequeña, la azul. Mientras sacaba el regalo envuelto en papel de diversos colores lo miraba. Estaba muy emocionado, la verdad. Me miró un instante y sonrió. Se dispuso a abrir el regalo, rompiendo así el papel. Sonrió ligeramente al ver lo que había. Era una camiseta normal, pero parecía una del baloncesto. Llevaba un número detrás en grande. La giró un montón de veces mientras sonreía.

-Pst.. y yo que me esperaba algo de ganchillo.. -dijo mientras me miraba.
-Qué cabronazo eres, eh. -dije riéndome.
-Jajajaja, ya, ya. Que no tonta, que me gusta mucho, en serio.

Apartó la camiseta y le entregué la segunda bolsa. Ésta era más grande y de color verde. Hizo lo mismo que con la anterior y cuando abrió e paquete se encontró con un marco de fotos bastante grande. Contenía muchas fotos suyas, también mías, de Flo, de todo el equipo, de su hermano, de cuando fuimos a Astorga..

-Ostias.. -dijo mirando las fotos.
-¿No te gusta? -dije mirándolo.
-¡Claro que me gusta, joder! Pero te has pasado, eh. -dijo sonriendo emocionado.
-Qué va. Abre el que te falta anda. -le dije mientras le entregaba la otra bolsa.

Sacó la caja envuelta que había dentro y rompió el papel. Era una caja de cartón que no tardó nada en abrir. Eran unas convers. Abrió mucho los ojos al verlas y coger una. Apartó la caja con las zapatillas dentro un poco después y se acercó a mi. Me abrazó y yo a él también.

-Me encanta todo, Anna. Muchas gracias, no tenías que haberte molestado eh. -me decía al oído.

Se separó de mi y me dio un beso fuerte en la mejilla. Se levantó del sofá y recogió un poco todo. Tiró los papeles a la basura y llevó los regalos a su habitación.

-¿Quieres desayunar, o qué? Venga, que es mi cumple. -me dijo sonriendo mientras salía de su habitación.
-Vale, jaja, pero yo lo preparo. -lñe dije mientras me levantaba y me acercaba a él.

Me agarró del brazo izquierdo con su brazo derecho y me apretó fuerte contra él.

-Los dos, lo preparamos los dos.

Asentí sonriendo y fuimos a la cocina. Entre risas preparamos unas tostadas y unas tortitas, con zumo incluido. Rato después fuimos al salón y lo comimos allí. Normalmente habríamos encendido la tele, pero esta vez no. Esta vez nos sentamos bastante pegados el uno del otro en el sofá y desayunamos juntos.

-¿Entonces he sido la primera en felicitarte en persona? -le pregunté mirándolo.
-Sí -dijo mientras asentía con la cabeza y bebía un trago de zumo.
-¿Pero no saliste anoche con tus amigos? Qué raro.
-Ya, estaba muy cansado y mira que Rovira me llamó para salir, pero le mentí y le dije que estaba en León con mis padres.
-¿Por qué?
-Necesitaba estar solo. -me dijo serio.

No añadí nada más sobre el tema y ambos terminamos de desayunar. Un poco después recogimos todo y lo llevamos a la cocina. Volvimos al salón y nos sentamos en el sofá de nuevo.

-Oye Dani, quería hablar contigo. -le dije sentándome bien el sofá y colocando las manos sobre mis rodillas.
-Ah, pues dime. -me decía mientras me miraba fijamente.
-Sé que no han sido los mejores regalos de tu vida, y que seguro que en algún cumpleaños la primera persona que vino a tu casa y te felicitó sería mucho mejor que yo, pero con ésto he querido demostrarte que eres especial. Te he regalado la camiseta porque sé que te encanta el baloncesto, las fotos porque reflejan tu vida, me reflejan también a mi que creo que formo parte de ella, a tu hermano, a Flo.. Y las convers porque el primer día que te vi llevabas unas convers de ése mismo color.. He querido demostrarte que te conozco, que hemos vivido muchas cosas juntos y que no quiero que nada esté mal entre nosotros, no quiero peleas, no quiero enfados. Quiero venir a tu casa o que vengas a tú a la mía cuando quieras, que nos riamos.. Y no quiero que nadie se enfade por ello.. -dije poniéndome más nerviosa aún.
-A ver, para, para, para.. Anna, te conozco.. ¿qué pasa? ¿a dónde quieres llegar con todo esto? -me preguntó muy serio.
-A que tengo un regalo más para ti.

jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 59. Valentía.

-¿Anna?

Me giré y vi a Dani. Me reí nerviosa.

-Ya me voy. -dije acercándome a él e intentando pasar.
-Ey, ¿has venido para algo? -preguntó agarrándome de los hombros.
-Nada, venía a decirte que me voy a Mollet ya y que.. que a lo mejor no te puedo felicitar y eso. Además no tengo regalo, lo siento. -dije poniendo cara de tristeza; disimulándola, más bien.
-Ah, eh, bueno, no importa, jaja. -dijo con desilusión.

Me acerqué a su cara y le di dos besos. Me fui de su camerino y al salir, sonreí. ¿En serio se ha creído que no le voy a felicitar y que no le voy a regalar nada? Parece que no me conoce.. Me fui caminando a casa tras despedirme de la gente que me iba encontrando antes de salir del plató. Cogí mi maleta, recogí un poco todo y me fui al aeropuerto.

Ya estaba en Mollet. Miki no me había venido a buscar porque, según él, le habían mandado trabajo extra y estaría en casa un poco más tarde de lo habitual. Llegué a mi casa y, como ya sabía, no había nadie. Me duché y no hice nada en toda la tarde. Era casi la hora de cenar cuando él llegó.

Es domingo por la mañana. Es muy pronto, demasiado para mí. Son las 9:30 de la mañana, hace un frío que pela y tengo muchísimo sueño. Ayer estuve toda la tarde de compras. Hay pocas tiendas por Mollet, pero la poca cantidad de artículos me sirvió para comprarle algo a Dani. Lo cierto es que me recorrí todo Mollet. Nunca había estado tan nerviosa, la verdad. Es increíble todo lo que él me hace hacer. Y todo porque sonría, porque al fin y al cabo es lo que más me gusta, que sea feliz.

Voy caminando por la calle llegando ya casi a mi destino. Cualquiera que me vea por las calles de Madrid con esta maleta y tantas bolsas.. Espera, creo que no lo he dicho, sí, estoy en Madrid. Me he venido esta misma mañana, por eso aún tengo la maleta. No he pisado mi casa aún y no, no es ese mi destino.

Mientras camino puedo escuchar el ruido de mis tacones sobre las aceras y la carretera y también creo que oigo los latidos del corazón. ¿Veis eso que sentís cuando estáis muy nerviosos y cada vez que tragas saliva hay algo que te lo impide? Pues así estoy yo. Cruzo con cuidado la última carretera que queda para llegar y en menos de un minuto estoy en mi destino. Parece que hoy es mi día. La puerta de abajo está entreabierta y puedo pasar sin necesidad de llamar. Entro y cierro bien la puerta. Dudo entre el ascensor y las escaleras, pero cojo el ascensor. Una vez dentro pulso el botón y me miro al espejo. Me peino un poco y me digo a mi misma una y otra vez que me relaje. El ascensor para y abro la puerta. Camino un poco y me quedo frente a la puerta. ¿Llamo ya o no? ¿Si? ¿No? Venga Anna, llama. Pulso el timbre. Nada. Pasa un poco y, nada. Vuelvo a pulsarlo. Oigo ahora ruidos dentro y mi corazón se vuelve a acelerar. No abre nadie.. Me quedo quieta sin saber que hacer y así, de pronto, la puerta se abre.

-¿Anna? ¿Qué haces aquí? -dice mientras se frota los ojos.
-Feliz cumpleaños.

miércoles, 11 de enero de 2012

Capítulo 58. El camino de la felicidad.

-Claro que seguimos juntos.. ¿qué pasa? -pregunté desconcertada.
-A ver, te digo. El otro día salí con unas amigas por la noche, bueno, no era muy tarde, eran las 9 o 10, y fuimos a un bar y vi de lejos a Miki y me acerqué a saludarlo. En esto que entre hola, qué tal y estas cosas pues nos quedamos con él mis tres amigas y yo y cenamos juntos. Anna, Miki y una amiga estuvieron toda la noche tonteando.. Y no se fueron a tomar más copas por ahí porque lo impedí. No sé Anna, quizás tú esto no lo ves para tanto, y ni te preocupa, pero si los hubieras visto sí.

Me dio todo tipo de detalles y si no mentía, que estoy segura de que no lo hacía, tendría que hablar con Miki urgentemente. Cuando colgué pensé en llamarlo, pero no, mañana tendría que irme a Mollet después del programa así que hablaría mejor con él en persona.

Me pasé el resto de la tarde pensando en el regalo de Dani. ¿Qué narices le regalo? Se me ocurrieron millones de cosas, pero ninguna era demasiado buena.

Mientras caminaba hacia el programa iba pensando en lo que Claudia me contó ayer.. No me esperaba eso de Miki, aunque quizás Claudia exageró un poco.. No sé, pero hoy hablaré muy seriamente con él.

Entré en plató y al no ver a demasiada gente me di cuenta de que era muy pronto. Dejé las cosas en mi camerino y me fui a la terraza a fumar un cigarro. En cuanto le di la primera calada comencé a llorar. ¿Por qué todo esto tiene que ser tan difícil? Y ahora que Miki tontea con una.. No puedo echárselo en cara, y la verdad es que la idea de hablar con él se me está borrando de la cabeza. No es justo. Yo me he besado con Dani, me he acostado con él y hace unos días hemos estado a punto de volver a besarnos. Decidido, no le digo nada del tema.. Oí de pronto cómo se abría la puerta y al instante me giré.

-Sabía que estarías aquí -dijo Flo entrando y cerrando.

No le dije nada, tan sólo me giré y le di otra calada al cigarro mientras sentía cómo se acercaba y se ponía a mi lado.

-¿Qué pasa, Anna? -preguntó preocupado.
-Nada. -y le di otra calada más.
-Ya, nada, sí, como siempre.
-Ufff.. Flo, ahora no quiero hablar con nadie, ¿vale? Quiero estar sola hasta que empiece el programa, por favor. -y lo miré a los ojos rogándole lo mismo con la mirada.
-Está bien Anna, tan sólo quiero decirte una cosa, te la digo y me voy. Se que puedo parecer de las personas que están de acuerdo con lo de hacer más caso a la razón que al corazón, pero para ser feliz todos sabemos el camino que hay que elegir. Eres una tía de puta madre, y no mereces estar así. Aunque parezca que no sé de que estoy hablando, lo sé, porque sé lo que te pasa, así que haz lo que tengas que hacer, no pienses en los demás, y sobre todo, no hagas caso a anteriores cosas que te he dicho. Tomes la decisión que tomes, hagas lo que hagas, procura ser feliz y no estar así.

Lo miré y lo abracé. Él siempre tiene la palabra exacta, el discurso perfecto o tan sólo el abrazo especial que me hace sentir bien.

El programa pasó rápido, como siempre. Flo no paró de mirarme para cerciorarse de que estaba bien, de que estaba feliz. Dani nos miraba extrañado, como si no entendiera nada.

Al acabar el programa fui al camerino de Dani para decirle que ya me iba a Mollet y no sabía si iba a poder felicitarle a tiempo. Era claramente mentira, porque le felicitaré seguro, pero bueno, soy así.

Llamé a la puerta y al ver que no me abría nadie y tampoco contestaba, entré. No había nadie, como era de esperar. Miré a todos los lados. Vi convers, camisas en su armario que estaba abierto, vaqueros.. También vi en las paredes fotos de él, carteles de fans.. De pronto, mirando todo aquello caí en la cuenta. Ya sé qué regalarle.

martes, 10 de enero de 2012

Capitulo 57. Cosas inesperadas.

El programa resultó un poco tenso, y más cuando entró Cristina. La verdad es que odio que ocurra esto, porque Flo nos tiene avisados de que no quiere malos rollos y no me gusta que pase esto.. Juange no debió comentar nada, pero bueno, no o hizo con mala intención.

Salí de plató y caminé por el pasillo para entrar en mi camerino cuando me fijé en que la puerta del camerino de Dani estaba abierta y se oían unos gritos impresionantes.. Estaba con Cris, discutiendo claro.. Me apoyé en la pared, ya que no había nadie por allí y me paré a escuchar.

-¡No Dani, es que estoy harta! ¡Harta de que siempre estés con ella, pero sobre todo, que me ocultes las cosas! Si no ha pasado nada entre vosotros, ¿por qué no me contaste que ayer estuviste en su casa? Es que no te entiendo, la verdad. -decía Cris gritando.
-¡Pues por esto mismo! Porque sabía que me montarías el numerito.. Anna y yo somos amigos, amigos Cris, ¡AMIGOS! No hay nada entre nosotros, ¿vale? Además, dices que no me entiendes, pero tú también tienes tus csas, eh. -decía Dani ya un poco más calmado.

Joder, la verdad es que que diga que somos amigos, que lo recalque tanto, y que diga que no hay nada entre nosotros me duele.. Me duele oírlo, me duele que eso salga de su boca, pero supongo que a él también le dolería que yo le dijera lo mismo a Miki -pensaba yo misma mientras oía a Cris gritar-

-¿Qué coño te pasa ahora con mi hermano? -preguntó Dani.
-¿Con, con Nacho? A mí nada, sólo que ahora nos llevamos mejor. -dijo Cris con un tono de voz más suave.
-Ya, sí. Mira Cris, que a mi me parece de puta madre que te lleves así con mi hermano, pero no puedes echarme en cara cosas de Anna porque tú también estás mucho con Nacho, así que.

-¿No te han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

Me giro asustada. ¡Mierda, no estaba pendiente de si venía alguien! Lo vi a mi lado, riéndose. Y al instante me sonrojé. Nacho.

-Ya, ya, pero cuando hablan de mí pues.. -dije disimulando.
-¿De ti? ¿Qué les pasa ahora a estos dos? -preguntó pegándose a la pared, junto a mí.
-Nada que.. Cristina no se cree que Dani y yo solo seamos amigos.. -dije.
-Ya, jajaja.. -rió irónico.
-¿Qué pasa? -pregunté aturdida.
-Pues que no sólo sois amigos Anna. Que aquí el hermano de la estrella no es tonto. -dijo sonriendo.
-Nacho, de verdad que n.
-Anna, sí -dijo mientras me tocaba el brazo- que a mi Dani me lo cuenta todo.
-Todo, ¿qué todo? -dije perdida.

De pronto, Cristina salía del camerino de Dani. Nacho y yo disimulamos, como que estábamos andando hacia mi camerino. Cris, al pasar, nos echó una de estas miradas que matan. Sí, una de esas.. Cuando pasó delante de nosotros vimos salir a Dani. Nos miró de manera extraña, y creo que se cascó de que habíamos estado escuchando la discusión. Lo vi cabreado, eso sí. Siguió su camino y yo seguía caminando al lado de Nacho. Me giré y lo vi mirándome, pero rápidamente volvió a mirar al frente y yo hice lo mismo.

Llegué a mi camerino y miré a Nacho.

-Entonces, ¿qué sabes? -dije nerviosa.
-Anna, todo. Pero que no pasa nada, que no se lo voy a decir a nadie y menos a Cristina.
-Pero.. ¿no crees que es un error? -dije mirando al suelo.
-Aquí el único error es que no esteis juntos.

Y tras decir esto se despidió de mi y se fue. Cerré la puerta de mi camerino y me senté en la silla. Anna, esto está pudiendo contigo.. Ahora Nacho sabe todo y encima dice que Dani y yo tenemos que estar juntos, ¿pero esto qué es? Encima Dani y Cristina discuten.. Dios mío, me voy a volver loca. Y encima este sábado es el cumpleaños de Dani y no tengo ni idea de qué regalarle..

Recogí mis cosas y me fui directa a casa. Pasé toda la tarde en casa, me metí en Twitter, vi vídeos, series, de todo un poco. El día siguiente también pasó rápido, sin sobresaltos. Aún había tensión en el programa, pero creo que supimos manejarlo todo mucho mejor.

Ya era jueves, por tanto sólo quedaban dos días escasos para su cumpleaños y yo aún andaba sin saber qué regalarle. Eran las 6 de la tarde y yo ya estaba en casa. De repente sonó mi móvil y me levanté del sofá para ir a buscar en mi bolso y responder. Vi que era Claudia, una amiga de Barcelona de hacía mucho tiempo. Me extrañé y contesté.

-¿Claudia? -pregunté entre contenta y confusa.
-Hola Anna. -dijo muy seca.
-¡Cuanto tiempo! ¿Qué tal estás?
-Pues la verdad es que ahora mismo, con ganas de matar a alguien.
-¿Qué, qué pasa?
-Anna, quiero que estés tranquila ante todo. Tan sólo una pregunta, ¿sigues con Miki..?

viernes, 6 de enero de 2012

Capítulo 56. Bocazas.

-Mmmm.. -susurré sin quererlo.

Noté cómo la luz incidía en mis ojos y me molestaba. Quería seguir durmiendo.. Me moví un poco pero me resultaba difícil, aunque no entendía por qué. Abrí un poco los ojos y lo vi ahí, justo delante de mi, abrazándome, aún dormido pero con una pequeña sonrisa en los labios. Levanté un poco la cabeza y miré el despertador que había colocado en la mesilla que está situada en el otro lado, cerca de Dani. Las nueve menos cuarto.. Aún es muy pronto, pero será mejor que me levante y que despierte ya a Dani. Comienzo a acariciarle un poco la cara y al ver cómo me abraza más fuerte me echo a reír. Le toco el pelo suavemente y veo cómo sonríe al reconocerme, al darse cuenta de que está en mi cama, a mi lado y estoy acariciándolo.

-Dani.. Dani.. -digo mientras lo acaricio.
-Mmmm..
-Despierta anda..

Abre los ojos lentamente y me mira. Me abraza más fuerte mientras sonríe. O para o me lo como aquí mismo.. Me da un beso en la cabeza y se separa un poco de mí.

-Buenos días princesa. -me dice mientras muestra una amplia sonrisa.
-Últimamente me llamas de unas maneras.. -digo riendo.
-¿No te gusta? -dice frotándose los ojos.
-Sí, sí..

Me levanto un poco y me quedo sentada en la cama mientras él sigue desperezándose echado. De pronto me acuerdo de anoche, de la película, de Juange, de que casi nos besamos.. Giro la cara y lo miro.

-Oye pero.. ¿yo no me quedé dormida en el sofá? -pregunté dándome cuenta.
-Sí, pero te traje aquí para que durmieras mejor.
-Ah.. Bueno, voy a ducharme. ¿Tú no deberías ir a tu casa a cambiarte? -pregunte mientras me levantaba totalmente de la cama.
-Sí, supongo.

Me marcho de la habitación tras coger algo de ropa del armario y me meto en el baño a ducharme. Pongo un poco la radio, ya que yo siempre me ducho con música y mientras el agua cae sobre mi cuerpo pienso en anoche.. Recordé que al final de la noche, antes de dormirme, le dije que cada día me gustaba más.. Si es que solo se te ocurre a ti, Anna.. Bueno, si es que ya lo sabemos todo el uno del otro, todo lo que sentimos.. De pronto noto cómo se abre un poco la puerta del baño.

-Eh.. Anna.. Tranqui que no miro y eso pero.. Venía a despedirme y eso.. Que.. que me voy a mi casa a ducharme.. Nos vemos en plató, ¿va? -decía nervioso.
-¡Claro! Adiós guapo -dije sin pensar.

Ya había pasado un buen rato y yo estaba entrando en plató. Vi de lejos a Raúl danzando por ahí y lo saludé alegremente. Entré directa a mi camerino y justo antes de cerrar la puerta, veo que entra Dani.

-Ey -me dijo sonriendo.
-Qué rápido eres, ¿no? Has tardado menos que yo y eso que tenías que ir a casa.. -dije mientras entraba ya en el camerino y dejaba el bolso y la chaqueta dentro.
-Ya.. Oye Anna, una cosa.. -dijo entrecerrando la puerta.
-Sí, dime -me giré para mirarlo.
-Lo.. Lo que dijiste anoche de.. de que yo te gust.. gustaba y eso.. que cada día más.. emm, ¿es verdad?

Lo miré sorprendida y miré al suelo mientras me rascaba la cabeza. Venga, momento incómodo.. Lo miré de nuevo a los ojos y sonreí.

-Creo que está claro.. -dije nerviosa.
-No, no lo está.. ¿Sí o no? -dijo mordiéndose el labio.

*Toc, toc* -¿Chicos? ¿Qué hacéis aún aquí? Venga ¡a vestirse y esas cosas! -nos dijo María y tras decirlo, se fue.

Miré a Dani y tiré hacia adelante, pero me agarró del brazo para decirme algo más.

-Anna, un sí o un no, no necesito más.. -dijo ya desesperado.
-Claro que sí Dani, por supuesto que sí..

Y tras decir eso, me deshice de él y me fui.

Ya estábamos en la mesa preparándolo todo para empezar. Yo estaba de pie junto a Flo, que estaba sentado en su silla y Dani al otro lado de él. Alrededor de la mesa estaban Miki, María, Mónica, Juange, David y demás gente y en el sillón, Cristina.

-Vale, osea que primero esto y luego hablas tú. Probablemente tendremos que quitar hoy el Piquerizador, porque no creo que nos de tiempo pero bueno, lo veremos sobre la marcha -decía Miki.

Yo, sin quererlo, bostecé. Dani me miró y Juange también, aunque todos se percataron de mi bostezo.

-¿Qué, mucha juerga ayer con Dani? -dijo Juange sin maldad ninguna.

Dani y yo nos miramos sorprendidos.

-¿Qué? ¿Cuándo habéis estado vosotros dos juntos? -preguntó Cristina alterada mientras se levantaba del sillón y se acercaba a nosotros.
-Anoche en casa de Ann.. -dijo Juange, aunque paró de hablar cuando vio la cara de pocos amigos que teníamos Dani y yo.
-Dani, tenemos que hablar luego eh. -le dijo Cris a Dani.
-¡Problemas personales fuera de aquí eh! -gritó Flo- que ya somos mayorcitos todos.. -y terminó diciéndo esto mientras nos miraba a Dani y a mí.

miércoles, 4 de enero de 2012

[Narración de Dani] Capítulo 55. What makes she beautiful.

Es preciosa. Nunca deja de serlo. Lo mejor de todo es que no lo sabe. Piensa que es como cualquier otra chica, que no tiene nada especial. Piensa que es muy torpe, y que no es divertida. Me entra la risa con tan sólo pensar todo esto. Ojalá pudiera verse ahora.. Aquí, dormida en mis piernas. Está más guapa si cabe. No paro de acariciarle el pelo; tengo miedo de despertarla con mis caricias, pero no puedo evitarlo. Ahora que puedo acariciarla y mirarla sin que ella se entere tengo que aprovechar. En realidad no sé si sabrá todo esto.. No sé si será consciente de que cada día estoy más loco por ella. Sí, se lo dije hace un tiempo, le dije que estaba enamorado de ella y que me encantaba pero quizás ya no se acuerda. Me gustaría repetírselo todos los días, decirle que no paro de pensar en ella, que cuando sonríe yo automáticamente sonrío, que soy incapaz de parar de mirarla.. Todos los días me repito lo estúpido que soy, más bien lo estúpido que fui. ¿Cómo pude hacerle eso? ¿Cómo pude liarme con ella y luego decirle que dejáramos las cosas como estaban? Pero yo no lo veía tal y como la veo ahora. Antes preferí que fuéramos tan sólo amigos, porque tenía miedo. Sí, miedo. Miedo de que empezáramos una relación seria, las cosas se torcieran y acabáramos cada uno por un lado, sin saber absolutamente nada el uno del otro. Qué tonto fui..

Son ya las doce y media y no tengo nada de sueño. Creo que es su culpa. Prefiero quedarme aquí sentado acariciándole la barriga y entrelazando los dedos con sus rizos que dormir.. Es increíble. No ella, bueno, también, pero me refiero a que es increíble esta situación. ¿Quién me iba a decir a mí que acabaría así de pillado por una chica? Bueno, ella es especial. Es especial porque no tiene nada que ver con todas esas chicas que hay ahí fuera.. Es tan distinta a Cristina.. Es como.. No sé, ella tiene la capacidad de quedarse en tu mente y que te sea imposible sacarla de ahí. Es una chica que conquista, conquista con tan sólo mirarla una vez. No me refiero físicamente, sino que tiene algo especial en su interior. Aún no sé qué es, espero algún día poder descubrirlo. Ese algo que tiene hace que cuando entro en plató solo quiera verla, solo quiera estar con ella y que me haga reír como ella sabe, que me mire de esa forma y me haga sentir especial, que me abrace, que se pegue a mí, que me nombre.. Soy un auténtico romántico, lo sé, pero es su culpa.

Oh, vaya, creo que la he despertado.. No, tan sólo está dando vueltas y moviéndose. Se va a caer, mejor la cojo en brazos y la coloco de manera que esté más cómoda. La agarro de la zona trasera a las rodillas y de la espalda. Vaya.. no pesa nada. Intentaré no despertarla.. Vale, ya la tengo. Mejor la llevo a la cama, ahí estará más cómoda. Me muevo hasta la habitación con ella en brazos y una vez allí la coloco en la cama. Parece un ángel.. Voy un momento al salón a apagar la tele y la luz y vuelvo a la habitación. Entra aún luz por la ventana y eso me permite saber por dónde ando. Me echo a su lado boca arriba al igual que ella, pero cuelo delicadamente mi brazo derecho por debajo de la almohada y la acción sale justo como quería. Ella se gira hacia mí y coloca su brazo y apoya su cabeza en mi pecho. Yo la agarro por la espalda y sonrío.

Estamos bastante cerca como para que no quepa nada entre nosotros, pero lo suficientemente lejos para que pueda mirarla bien. Mientras la miro pienso en lo que me ha dicho hace un rato. 'Cada día me gustas más' esas palabras taladran mi cabeza una y otra vez.. y hacen que mi corazón pare y vuelva a funcionar rápidamente. ¿Qué hago, qué estoy haciendo? No lo entiendo.. Yo no soy el hombre de su vida, estoy seguro de ello, no soy guapo, soy muy orgulloso y a veces poco valiente.. ¿Qué tengo para que diga que cada día le gusto más? Miki es más para ella, ¿por qué teniendo a Miki en su vida dice que yo le gusto? ¿Por qué me mira de esa forma teniendo junto a ella al hombre perfecto, al hombre que le corresponde? Me encantaría saber qué pasa por su cabeza.. y por su corazón, por supuesto. A mí cada día no me gusta más, a mi cada día me enloquece más.. Es imposible explicar de forma clara.

Me acerco a ella y le beso el pelo. Un beso largo. Presiono mis labios en su pelo un buen rato. Me quedó ahí con los ojos cerrados pensando en ella, en todas las cosas que hasta ahora me ha dicho, en las veces que más la he hecho reír, en aquella noche, en sus besos, en sus miradas.. De repente recuerdo un día, el día que me di cuenta de verdad que lo que sentía por ella no era un capricho, ni era físico, ni nada de eso, que era de verdad. El mismo día que dejé de engañarme a mí mismo. Recuerdo que estábamos en el programa, aún en Tonterías Las Justas. Flo se levantó a.. no sé a qué, no lo recuerdo bien, y de pronto giré la cara y la miré. Ella se quedó mirándome fijamente. Y yo, sin más, sonreí. Es uno de esos momentos en los que sabes que nadie más se dará cuenta de ello pero tú sí, y sabes que recordarás ese momento siempre. Fue rápido, fue muy rápido, y ella probablemente no recordará ese momento, o quizás ni siquiera significó algo para ella, pero fue especial.. Separo, ahora sí, mis labios de su cabeza y siento como me agarra de la camisa fuerte, con la mano que tiene colocada en mi pecho y mueve un poco la cabeza. Yo, de manera impulsiva, coloco mi mano izquierda sobre su mano y ella de pronto deja de agarrarme la camisa y relaja la mano. Éstos gestos son los que no entiendo, y a la vez me vuelven loco de ella. Me encanta cuando se queda mirando a un sitio fijamente y de repente despierta y hace como que no ha ocurrido nada, o cuando presiona su labio superior contra el inferior y se reparte bien el pintalabios por la boca, o cuando se pone a cantar o tararear sin motivo y da igual que le hables porque ella seguirá a su bola, y cuando termina te mira y sonría, o como ahora, que aprieta fuerte mi camisa y cuando la acaricio se relaja. Éstos son los pequeños detalles que me hacen estar enganchado a ella.

Ya no sé qué hora esa, y la verdad es que de poco importa. Ella sigue en la misma posición y yo, pues igual, mirándola embobado. Me gustaría no estar así, me gustaría que tan sólo fuera una amiga para mí, y yo igual para ella. Me gustaría que estuviera feliz con Miki, que formaran la familia perfecta y que yo tan sólo pudiera alegrarme por ellos. Me gustaría enamorarme de alguien y ser correspondido, claro, y algún día tener una familia.. me gustaría sentir eso con cualquiera menos con ella. Joder.. Así solo le jodo la vida. Ella ahora debería ser feliz con él.. Reconozco que he intentado alejarme de ella muchas veces, intentar ser sólo amigos, no mirarla de la forma en que la miro y así conseguir que deje de ser lo que es para mí, pero a los dos o tres segundos se me olvida esa idea. Soy incapaz. Incluso cuando me mira con odio, o con rabia por lo que sea me gusta. Me siento bien cuando me mira, me siento protegido.

Me da miedo, me da miedo estar así, porque sé que si sigo así va a llegar un día en que no voy a poder soportar verla con Miki, o aguantar las ganas de besarla. Me doy miedo a mí mismo, y es que nunca me he sentido así. Yo debía haberme enamorado cuando tenía 18 o 20 años, no ahora joder. Y me da miedo eso, no haber vivido nunca esto, y es que no me reconozco, no sé por qué  me siento así, por qué dependo de ella, por qué no dejo de pensar en lo que sentirá por mí.. De todos modos no me quejo. Le gusto, lo ha dicho hace apenas unas horas.. Le gusto.. Es gracioso. Gracioso porque ella me dijo hace un tiempo que estaba enamorada de mí, y ahora me pongo contento porque ha dicho que le gusto.. Yo nunca me acabé de creer que estuviera enamorada de mí. Ella, enamorada de mí, ¡es que es de locos! Si soy un puto inmaduro.

Ahora la miro y pienso en todo lo que hemos vivido juntos. La conozco desde hace unos 4 años y desde el primer momento en que la vi sentí algo especial. Vale, sí, es una bobada que probablemente nadie se crea, pero el momento en el que la conocí.. Nos chocamos por el pasillo, mi móvil se cayó al suelo y ella se disculpó y se presentó. Ésa fue la primera vez que la vi y no sé si a alguien le habrá pasado pero.. Sentí la necesidad de sonreír al instante. Es cierto, no paré de sonreír y cuando ella se fue, siguiendo su camino, me giré y la miré, y vi cómo ella también se había girado y.. No sé, me sentí bien, me sentí como un puto adolescente. Y desde entonces pues, la cagué millones de veces, y cometí la gran cagada: enamorarme de ella.

De pronto noto cómo los ojos se me empiezan a cerrar sin que yo quiera. Tanto pensar ha hecho que el sueño llegue.. La verdad es que no se me ocurre una mejor forma de dormir, aquí, abrazándola. Es lo más bonito que tengo alrededor y pienso que tengo que decírselo más a menudo. Seguro que cuando se lo diga hace lo que siempre hace. Fruncirá el ceño, sonreirá y bajará la cabeza sonrojada. Bien, hora de dormir me parece a mí. Le beso de nuevo en la cabeza y extrañamente la noto sonreír. Es imposible no quererla..

martes, 3 de enero de 2012

Capítulo 54. The only girl in the world.

-Sí, Juange, un momentito. -grité.

Le hice señas a Dani para que se escondiera en la cocina. No estábamos haciendo nada malo.. Bueno, eh, no, no habíamos hecho nada malo, pero no quería que Juange viera a Dani y creara confusiones. Una vez escondido, suspiré y abrí la puerta.

-¡Hola! -dije sonriendo.
-Hola, ¿pasaba algo?  -preguntó extrañado.
-No, no, es que me pillaste en el baño.
-Ah, jaja. Venía porque necesitaba un poco de sal, sé que suena muy típico, pero es cierto, jaja. -dijo riéndose.
-¡Jajaja! Vale, ahora te traigo.

Me giré y de pronto sonó algo. Parecía que se había caído algo.. ¡Mierda, Dani! Venía de la cocina así que había sido él seguro.

-¿Qué ha sido eso? ¿Qué pasó? -dijo Juange entrando en casa.

Sabía que si seguía ocultando ahí a Dani, Juange entraría, lo vería y se armaría una peor.

-Es Dani -dije- que está en la cocina.
-¿Dani? ¿Y qué hace aquí Dani? -preguntó extrañado.
-Hace unos días le pedí que dejara una película para verla y ha venido a buscarla, porque a mi se me olvidó devolvérsela -dije con una seguridad que me sorprendió hasta a mí.

De pronto Dani salió de la cocina con algo en la malo. La sal.

-¡Ea Juange, aquí la sal! -dijo sonriendo.
-Gracias machote, no molesto más, ¡chao! -dijo mientras volvía atrás y cerraba la puerta tras él.

Dani y yo nos miramos y ambos resoplamos. Dios mío.. Esto no puede ser bueno. Me senté en el sofá y coloqué las manos en mi cara.

-Casi Dani, casi.. -dije aún con la cara entre las manos.
-Anna coño, que no estábamos haciendo nada malo. -dijo aún de pie a mi lado.
-Ya pero..
-Pero nada, me quedo a cenar y no me discutas. Yo preparo la cena, voy a ver que tienes.

Lo miré mientras se acercaba a la cocina de nuevo. Comencé a reírme. Este chico.. Este chico es increíble -pensé- es capaz de pasar de un momento incómodo a uno cómico.

Me acerqué a la cocina con él y comenzamos a pensar qué podíamos cenar. No parábamos de reír, de jugar, incluso de discutir un poco sobre qué comeríamos. Sin duda vale la pena arriesgar, sí, arriesgarlo todo sólo por él, por esto, por los momentos que me regala, por hacerme sonreír, por hacerme olvidar todo. Sonará cursi, pero me hace sentir como la única chica en el mundo. Yo no sé si está enamorado de mí, tal y como una vez me dijo, o si ya sólo le gusto, pero me da igual, me da igual porque estos momentos me hacen feliz, me hacer sentirme única, especial.. Y así, entre pensamientos, risas, miradas y jugueteos, preparamos algo de cena.

Una vez en la mesa comenzamos a cenar. No era la cena más romántica de mi vida, ni nada parecido, pero era especial. La verdad es que lo había cocinado todo él solito, yo sólo había molestado un poco, jaja. Estábamos sentados uno al lado del otro en la mesa de la cocina. Había perdido totalmente la noción del tiempo.

-Oye Dani.. -dije mientras me limpiaba la boca con una servilleta- ¿puedo preguntarte una cosa? -dije mirándolo.
-Claro princesa. -dijo sonriéndome.
-Eh, ¿princesa? -dije dejando un poco a parte lo que iba a preguntarle.
-¿Qué pasa? -dijo riéndose.
-¿Desde cuando me llamas princesa? -pregunté extrañada y divertida.
-¿Desde cuando parecemos una pareja? -dijo así por que sí.

Lo miré incrédula. ¿Qué ha dicho? Volví a mirar a mi plato. Mierda, me ha dejado sin palabras. Moví un poco la cabeza hacia los lados mientras me reía y volví al tema inicial.

-Bueno, te puedo preguntar, ¿no? -dije aún sonriendo.
-Jajajajajajaja, claro. -dijo mientras se disponía a beber un poco de agua del vaso.
-¿Desde cuándo Nacho y Cristina se llevan así de bien? -pregunté de golpe.
-¿Cómo? -dijo atragantándose un poco.
-Eso.
-No sé.. -dijo de manera extraña.
-Vale, dejemos el tema mejor.

Me levanté de la silla y comencé a recoger los platos. Él se quedó mirándome. Creo que iba a decir algo, pero claramente se arrepintió. No debí haber preguntado nada. Se levantó y me ayudó a recogerlo todo.

Al rato miré la hora. ¡¿Ya las once?! ¿En serio? Madre mía.. Y eso que era pronto cuando bajé al videoclub.  Fue al baño y yo me senté en el sofá. Cuando salió se acercó a mi y se sentó a mi lado, muy pegado a mí.

-Es tarde ya. -dije.
-¿Quieres que me vaya ya? -preguntó mirándome.
-¡No! -me miró sorprendido- Osea sí.. osea.. no sé. -dije finalmente.
-Bueno, me quedo un poco y en un rato me voy ¿te parece? -preguntó mientras me tocaba la pierna con su mano derecha.
-Vale.

Encendí la tele y nos pusimos a ver cualquier cosa. Al poco noté cómo se me empezaban a cerrar los ojos. Bostecé entre cinco y seis veces. La última vez ya noté la risa de Dani a mi lado.

-Abuela.. -lo oí decir- Es muy tarde para usted eh. -dijo riéndose.
-No, no.. Si no tengo sueño.. le dije.
-Ya, sí.. Anda ven.

Miré para él y vi cómo cogía un cojín que había cerca de él y lo colocaba en sus muslos. Me hizo un gesto con la mano e hice lo que quería. Coloqué la cabeza en el cojín y estiré las piernas. Me quedé mirándolo. Él me acariciaba el pelo suavemente con una mano y la otra la tenía apoyada en mi tripa. Podría quedarme aquí toda la vida -pensé. Suspiré y me miró extrañado.

-¿Qué pasa? -preguntó.
-Que me vas a volver loca.. -dije entrecerrando los ojos.
-¿Por qué? -preguntó sonriendo.
-Porque cada día me gustas más.. -dije antes de cerrar los ojos.

Y oí cómo sonreía antes de quedarme completamente dormida en su regazo.