jueves, 29 de septiembre de 2011

Capítulo 13. Paren el mundo que me bajo.

Pulsé el botón para que subiera sin decir nada. Estaba entre feliz y sorprendida. Esperé en la puerta hasta que llamara al timbre. No quería parecer una desesperada. Me miré un momento en el espejo de la entrada. Me coloqué un poco el pelo y suspiré. Sonó el timbre y sin pensarlo dos veces abrí la puerta. Allí estaba él, con su camisa de cuadros blancos y rojos, vaqueros claros y sus converse. Entonces lo miré a los ojos. Sonrió.

-¿Puedo pasar? Es hora de hablar... -noté algo raro en él.
-Claro... 

Cerré la puerta y lo seguí hasta el sofá. Se sentó. Quería estar pegada a él, pero por miedo a que él no me senté sin que nuestros cuerpos pudieran rozarse lo más mínimo. Junté las piernas y coloqué mis manos sobre las rodillas. Lo miré.

-¿Puedo empezar? -estaba nervioso, sí.
-Por favor.
-Como empecé a contarte el otro día, Miki se acercó a mi para que habláramos. Fuimos a mi camerino y cambió totalmente su tono de voz. Empezó a gritarme y a decirme qué coño pasaba entre tú y yo. Me dijo que estaba harto de que fuera tan cariñoso contigo, que me pegaba mucho a ti. Yo le dije que somos amigos y punto, que no hay absolutamente nada entre nosotros. No me creyó y volvió a gritarme. Se revolucionó, intenté bajarle los humos pero no hubo manera, y.. bueno, acabó prohibiéndome que pasara tiempo contigo. Me dijo que si volvía a ver algún tipo de contacto extraño entre nosotros se encargaría personalmente de joderme la vida y de alejarte de mi- al decir esto bajó la mirada, y se quedó observando el suelo.

Imposible. ¿Miki diciendo eso? No podía ser. Él nunca me haría esto. No sería capaz de hacerle daño a Dani, y menos de alejarme de él, cosa que yo no consentiría. No, no y no. 

-¿Qué coño dices Dani? ¡Miki es incapaz de decir cosas como esas! ¿Qué coño quieres? ¿Joderme a mi? ¿Qué pasa? ¿Que te joda que sea feliz con él? ¿Es eso? -me levanté del sofá indignada.
-¿Qué dices tú? ¿Crees que me lo estoy inventando? ¡Anna por Dios! -también se había levantado.
-¡Es lo que creo! Es más, estoy segura de que es cosa tuya. ¡Te jode que sea feliz! 
-¿Sabes qué? No me jode que seas feliz, me jode que lo seas con él. 

Me quedé callada. ¿Qué está diciendo? Parece que las cosas están saliendo por fin a la luz. Parece que el orgullo de Martínez está saliendo fuera. 

-¡¿Cómo?! Tú no me hiciste feliz en su momento, no me voy a quedar llorando por las esquinas. Encontré al hombre que necesitaba, al hombre que quiero, no a ti, que fuiste un cabrón.
-¡Ahora me reprocha cosas del pasado! ¡Claro! ¡Debí imaginármelo! ¿Pues sabes que te digo? Ahora mismo yo puedo hacerte muchísimo más feliz que él- se había acercado un poco a mi.
-¿Tú a mi? ¿Hacerme feliz tú a mi? ¡Perdona que me ría! -di un paso al frente.
-Reconócelo. Tú también sabes que entre tú y yo hay mucho más que una amistad. Sabes perfectamente que cinco minutos conmigo significan más que una vida entera con él.

Ahora sí que no sabía qué decir. Tenía toda la razón. Yo misma sabía que el hombre que quiero no es Miki, es Dani. Pero no puedo decírselo. Él me está vacilando, no puedo caer. Tengo que seguirle el juego, hacerme la dura.

-¿Y tú qué? Te vas liando con todas, pero en realidad la mujer que quieres soy yo. Hiciste lo que quisiste conmigo, porque yo te quería. Te acostaste conmigo, luego me dejaste y cuando yo empecé a sentir cosas por Miki y a saber que él era el hombre de mi vida, te diste cuenta de lo que perdiste. Es tarde.

Estábamos pegados, no cabía un finísimo papel entre él y yo. Nos mirábamos a los ojos, que aunque estaban llenos de odio, también estaban repletos de pasión. Y nuestras bocas, que aunque soltaran cuatro verdades mal dichas sólo quería juntarse y no sentir nada más, sólo disfrutar de un beso, un beso que no podía ser..

-Nunca es tarde.

Colocó rápidamente sus manos en mi cara. No me dio tiempo a reaccionar. Me miró durante apenas un segundo más a los ojos y lo hizo. Hizo que en ese momento todos los besos hasta ahora dados en cada una de las historias de amor del planeta se quedaran en nada y sintieran vergüenza. Entonces supe que ese momento era único y respondí. Respondí al mejor beso de mi vida. Coloqué mis manos en sus brazos, cerca de sus hombros y sentí placer. Nuestros labios se movían al compás de las agujas de un reloj que ya se había encargado de parar el tiempo, y de romper todos los límites de la felicidad.

martes, 27 de septiembre de 2011

Capítulo 12. Incontrolable.

Cuando por fin llego abajo busco a Miki. Llego hasta la entrada y allí lo veo, apoyado en la pared. Pero mi mirada no se centra mucho en él cuando me doy cuenta del panorama de al lado. Cristina y Dani. Ella está apoyada en la pared y Dani está frente a ella. Están cerca. Pero no tan cerca como solemos estar él y yo. Me acerco a Miki y en cuanto me ve me besa y me abraza. Me gustaría ver la cara de Dani en este momento.

-¡Ey chicos! ¿Nos vamos? -Era Juangerr. Había salido de la nada de repente.
-¿A dónde? -respondí yo sin pensarlo.
-¿No te lo han dicho aún? Pensábamos irnos a tomar algo ahora. Vosotros cuatro, David, Mónica y yo. ¿Os venís todos entonces?

Miré a Dani. Si él no iba, yo no pensaba ir.

-¡Claro que vamos! Nunca me niego a unos mojitos. -tras decir esto sonrió.

Un rato después ya estábamos todos en un bar. Yo estaba sentada junto a Miki, y a su lado David y Mónica. En frente estaban Juange, Cristina y Dani justo delante de mi.
No paraban de hablar. Hablaban de todo tipo de cosas. Yo la verdad prefería mantenerme un poco al margen y hablar lo justo. Mi mirada se cruzaba con la de Dani. En sus ojos notaba cariño, pero también mucha timidez e inseguridad. No sé si conseguí transmitirle lo que quería. Yo en esos momentos sólo estaba celosa. En mi mirada solo había celos e incluso un poco de odio. Cris no paraba de sonreírle y tontear con él.

De pronto, a Miki le sonó el teléfono y salió fuera a hablar. Entonces pude hacer lo que llevaba toda la tarde queriendo hacer. Llevaba puestos unos zapatos fáciles de quitar, así que sin tener que agacharme pude deshacerme de mi zapato derecho. Los demás estaban distraídos hablando y Dani estaba en silencio, como ido. Acerqué mi pie a su rodilla y lo acaricié con mis dedos. Lo miré. Pegó un pequeño brinco. Luego lo vi sonreír, pero disimuladamente. Seguía rozando mi pie con su pierna mientras miraba su cara de felicidad, que ahora había aparecido una sonrisa más pícara en ella.

Llegó Miki y paré de jugar. No se llegó a sentar, se limitó a darme un beso en los labios y decir que tenía que marcharse. Lo habían llamado para que mañana fuera a una reunión del trabajo y tenía que estar por la mañana en Barcelona.

Poco a poco la gente se fue yendo. Aún era pronto, pero ya sólo quedábamos Dani, Cristina y yo. No podía aguantar el panorama; ninguno de los dos estaban borrachos, así que sabían perfectamente lo que estaban haciendo. Les faltaba poco para darse un morreo en mi cara.

-Bueno, que la abuela se va ya. Adiós chicos. -me fui sin darles dos besos a cada uno porque estaba furiosa.

Llegué a casa y me senté en el sofá. Estaba harta de ser la tonta. Harta de no saber qué es lo que estaba sintiendo por Dani. Joder, es un cabeza loca, nunca querrá una relación estable. Además, por lo que parece ha vuelto con Cristina.. Me metí tanto en mis pensamientos que me dormí, aunque no por mucho tiempo. Oí de pronto el timbre de abajo. Me levanté sobresaltada y cogí el telefonillo un poco asustada.

-¿Quién es? -pregunté sin saber si alguien me respondería.
-Alguien que necesita hablar con su rubia.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Capítulo 11. Somos amigos.. ¿amigos?

Estábamos a centímetros de distancia, y me di cuenta por segunda vez que tenía ganas de besarle. ¿Y él? No lo sé pero.. sus ojos brillaban más que nunca, y eso hacía que me pusiera aún más nerviosa. Seguía con las manos cruzadas en mi espalda y yo con las mías colocadas en su cara. Podría quedarme así toda la vida.. De repente se acercó más a mi y.. consiguió romperme los esquemas. Me besó en la mejilla, nada de en los labios, ni siquiera en la comisura. Un beso en la mejilla, sin nada de maldad, sin jugueteos.

Yo había bajado mis manos y ahora las tenía colocadas en sus hombros. Tenía ganas de llorar. Estaba esperando la prueba que me diera a entender que él sentía lo mismo que yo. Y no fue así. Me había besado de forma inocente, como un amigo besa a una amiga. Lo miré a los ojos y me abalancé sobre él para abrazarlo. Fue algo espontáneo. Noté que sonreía e intenté que las lágrimas no llegaran a mi cara. Se separó de mi y me agarró de las manos.

-¿Hablamos cari? Te recuerdo que tenemos una conversación pendiente.. -movía mis manos, que iban al compás de las suyas.
-¡Ah si! ¿Me lo cuentas aquí o vamos a otro sitio? -di un paso hacia adelante para estar más cerca de él.
-Aquí mismo..

Me soltó una mano y me llevó hasta un par de sillas que había allí. Al sentarnos volvió a agarrarme de ambas manos y me miró muy seriamente.

-Antes de que te cuente nada tienes que prometerme que no le vas a decir nada a nadie. En realidad esto no debería de contártelo, pero es justo que lo sepas. Confía en mi, y créeme que lo que voy a contarte no me beneficia a mi para nada, así que por ello tienes que creer que es verdad lo que te voy a contar. ¿Preparada? -agarró más fuerte mis manos; creo que estaba nervioso.
-Preparadísima -contesté con una sonrisa.

-¿Pero qué hacéis aquí? Anna, Miki te lleva buscando un rato y a ti Cristina. ¿Pasa algo?

Era Flo. Había entrado tan deprisa que ni a mi ni a Dani nos había dado tiempo a reaccionar. Nos levantamos tras soltar nuestras manos y miramos a Flo.

-¡Espabilad, que os buscan! -y abrió más la puerta en señal de que deberíamos bajar.

Dani y yo nos miramos y él movió la cabeza intentando decirme que dejáramos esto para otro momento y que fuéramos para abajo. Él se me adelantó y yo fui detrás de él. Al llegar a la puerta, Flo me agarró del brazo.

-¿Qué os pasa? ¿Qué hacíais aquí solos? Anna.. -notaba su voz cansada. Lo notaba decepcionado, agotado,  sorprendido..
-No pasa nada papa. Charlábamos sin más. Bajo ya que si no Miki se me cabrea.

Bajé despacio las escaleras. Estaba triste, harta de interrupciones. Tenía que saber la verdad, tenía que escuchar de una vez a Dani.. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué me pasa a mi? Tengo novio, ¿por qué cada vez que me acerco a Dani sólo quiero besarle y que no me suelte de entre sus brazos nunca? A lo mejor simplemente estoy un poco confundida.. a lo mejor estoy confundiendo la amistad con el amor y en realidad lo que hay es solo cariño.. Somos amigos, ¿no? Amigos.. 

jueves, 22 de septiembre de 2011

Capítulo 10. Creo que sé dónde está el paraíso.

No quería eso. Éstos días había sentido a Dani tan cerca que ahora mismo lo que más me dolía no era saber que tenía novio y estaba sintiendo cosas por otro chico, sino saber que por este encontronazo, por mi plantón, las cosas entre él y yo pueden enfriarse. Estaba mirándole a los ojos, aunque en realidad creo que estaba mirando su corazón. Creo que lo veía no era ese marrón café de sus ojos que tanto me gusta, sino lo que estaba sintiendo en ese momento. Creo que Dani estaba decepcionado.

-¡Eeey! ¡Miki cuánto tiempo, eh! ¡O no vienes nunca o vienes todas las semanas! -Era Flo, me había centrado tanto en Dani que no me di cuenta de que estaba allí.
-¡Flo! ¡Qué pasa macho! -se acercó a él y lo abrazó.

Más gente del equipo se acercó a Miki para hablar con él. Parece que todos lo quieren mucho aquí. Estaba mirándolos a todos. No sabría cómo se tomarían el hecho de que él para mi ya no es como antes. Busqué inconscientemente a Dani con la mirada. Se había ido. No estaba por ninguna parte. Suspiré y me senté al lado de Miki, que me sonrió en cuanto lo hice.

Me sentí vacía haciendo el programa. Cuando Dani y yo cruzábamos nuestras miradas sentía tanto frío... Antes temí que las cosas con él se enfriaran, ahora veo que mi pesadilla es cierta. Lo buscaba todo el rato. Aunque su mirada sólo me transmitiera cosas feas quería sentirlo, quería que me mirara. Creo que esto está haciendo que mis sentimientos por Dani sean aún más claros...

Me deshice de Miki como pude. Le dije que tenía que hacer unas cosas antes de irme a casa, así que él me dijo que se iría a ver a unos amigos que tiene aquí en Madrid. Es el momento perfecto.
Cuando ya se había ido llamé a la puerta del camerino de Dani pero nadie me abría. Volví a llamar, pero no repondía nadie así que entré. No había nadie. Pensé que se habría ido ya, pero no, tenía la chaqueta en el sofá. En ese momento supe dónde estaba.

Me asomé a la terraza y allí estaba él. De espaldas a mi. Me quedé ahí parada, mirándole. Cuando volví al mundo real me acerqué a él y me puse a su lado. No dije nada. No le miré. De pronto noté su mirada en mi.

-Lo siento, ¿vale? Leí tu mensaje, pero se presentó sin avisar en mi casa. No podía decirle que me iba al programa una hora antes porque tú me lo habías pedido. No me gustó que viniera, quería quedar contigo y hablar tranquilamente. Solos tú y yo. Pero ahora aquí me tienes. Él no está. Quiero gastar tiempo contigo, quiero que hablemos, quiero que nos riamos como antes. Quiero olvidarme de que estoy con un celoso, y de lo que la gente pudiera pensar si nos vieran aquí juntos. -entonces le miré a los ojos y él sonrío.

Se acercó más a mi. Me cogió del brazo y me giró para que estuviéramos uno frente al otro. Puso sus manos en mi cintura y yo en su cara. Abrió la boca para decir algo pero se arrepintió y apoyó su frente sobre la mía mientras entrelazaba sus manos apoyadas al final de mi espalda. Sentí algo, sentí que se accionaba el botón de la felicidad y que a partir de ese instante nada volvería a ser igual.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Capítulo 9. No es él, no.

La tarde se me hizo muy corta. No paraba de pensar en lo que había sucedido y en lo que a partir de ahora podría suceder. Me metí en la cama sin apenas cenar. Era muy pronto. Cuando por fin conseguí relajarme y dormir sonó mi móvil. Mensaje de texto. " Ven una hora antes de la que sueles venir al programa. Conversación pendiente rubia. ;) " Sonreí. No lo pude evitar. Dejé el móvil sobre la mesilla y dormí, esta vez sí, relajada y feliz.

Sonó mi despertador y no me dio ninguna pereza levantarme. Fui al baño y me puse un moño. No me cambié, decidí hacerme el desayuno en pijama. Ayer hacía frío así que llevaba pantalones largos a juego con la camiseta. Creo que era el pijama más horrible que tenía en el armario. Sí, los ositos siempre lo superan todo.

Cuando ya estaba huntándome la tostada sonó el timbre. Puse cara de circunstancia y me acerqué a la puerta. Miré por la mirilla. Me quedé paralizada. ¿Qué hago? Si no le abro sabrá que pasa algo, porque a estas horas tengo que estar en casa. Está bien, le abro..

-¡Amor! -se abalanzó sobre mí- ¡Te echaba de menos!

No se despegaba de mi y yo en ese momento me quería morir. Cuando notó que yo no le correspondía al abrazo me miró. Mi cara estaba entre sus manos y las mías estaban caídas a ambos lados de mi cuerpo.

-¿Qué pasa cielo? -arrugó el ceño.
-¡Nada! ¿Qué va a pasar? Sólo que no te esperaba.. -no pude evitar ese tono de amargura en mi voz.

Me besó en los labios. Fue en ese momento, no antes, en el que me di cuenta de que todo lo que sentía cuando nuestros labios se rozaban había quedado en el olvido. Era él que me besaba y el que movía mi cara al compás de ese beso. Yo estaba como muerta, paralizada. Tenía los ojos cerrados, pero no estaba sintiendo nada. Supe entonces que la persona que me estaba besando en ese momento no era el hombre con el que quería compartir mis labios. No era él, no. Aún así no me separé de él, no deshice el nudo por el cual estábamos unidos en ese momento.

-T'estimo -pronunció esas palabras de una forma tan sincera que no pude evitar abrazarle.

Tras un rato hablando me decidí y le pregunté.

-¿Y qué haces aquí? Ya estuviste una semana aquí en Madrid, vacaciones no tienes.
-No, no son vacaciones. Sólo que hoy no tenía trabajo por un problemilla y me dije que tenía que venir a ver a mi novia. -pronunció las palabras "mi novia" de una forma tan marcada que me resultó extraño.

Me cambié de ropa. Ya era tarde. Estaba recogiendo el pijama cuando miré la mesilla. Vi mi móvil. Mierda -pensé- Dani. Me había olvidado completamente de que me dijo que tenía que estar en plató más pronto. Miré la hora y ya era muy tarde. Eres tonta, muy tonta.

Me dirigí al salón y Miki al verme se levantó.

-Te acompaño a plató y me quedo por allí durante el programa, ¿vale cielo?

Me agarró de la cintura y me dio un beso en la cabeza. Asentí con una sonrisa. ¿Qué iba a hacer? Sigue siendo mi novio.

Llegamos a plató e hice todo lo posible para no cruzarme con Dani. No fui a la terraza, entré corriendo a mi camerino con Miki.. pero a la hora de la comida era evidente que tendríamos que cruzarnos con él..
Entramos en el comedor. Miki de repente me agarró de la cintura y me pegó mucho a él. Lo miré y él me miró.  Me besó en los labios. Fue sólo un pico, pero muy efusivo. Cuando se separó miré al frente. Me sentí idiota entonces.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Capítulo 8. Y se me olvidó el por qué.

Se acerco más a mi. Tanto que casi nuestros cuerpos se rozaban. Me miró a los ojos y comenzó a hablar.

-La otra semana, cuando Miki estuvo aquí en Madrid, uno de esos días que se quedó en el programa se acercó a mi y me dijo que si podía hablar conmigo. Tú estabas grabando una sección, por eso no te enteraste. Fuimos a mi camerino y allí hablamos.

De repente sonó su móvil. ¿Hoy es el día de las llamadas inoportunas o qué? Dani se metió la mano en el bolsillo para coger el móvil. Miró la pantalla y se puso blanco. Me acerqué a él para ver quién era. No tapó la pantalla y pude ver quién llamaba. Miki. Lo miré a los ojos.

-No lo cojas. Ni se te ocurra.
-Anna, si no lo cojo sabrá que pasa algo. Tú no se lo has cogido, si voy yo ahora y tampoco se lo cojo va a ser muy raro. Lo último que quiero son malos rollos..

Apretó una tecla y se acercó el móvil a la oreja. Me volví a acercar a él para oí lo que Miki le decía pero se levantó del sofá.

-No. Pues estoy en mi casa. ¿Y yo qué se? Que no te estoy tomando el pelo hijo. ¿Qué? No, no, si ya te he dicho que estoy aquí. Vale. Que sí. Adiós.

Pensé que se sentaría otra vez en el sofá pero no fue así. No se giró y se dirigió a la puerta directamente. Yo me levanté deprisa y fui detrás de él. No lo alcancé antes de que abriera la puerta para irse. Cuando estaba ya en el portal lo agarré de la parte más baja de la camiseta y tiré hacia mi. Retrocedió un par de pasos y conseguí que se pusiera de frente a mi. En consecuencia al estirón de la camiseta yo adelanté un paso y este fue el mayor error de mi vida.

Nuestras caras estaban a poco más de un centímetro de distancia. Ambos estábamos mirándonos a los ojos. Me estaba costando la vida no mirarle los labios, pero sabía que si lo hacía él se confundiría y podría pasar algo extraño. Me mordí el labio y éste fue el segundo error. Él sonrió, aunque sin llegar a enseñar los dientes. Colocó su mano derecha en mi codo y pegó su frente a la mía.

-Ahora tengo que irme pero posponemos esto para mañana -no lo dijo en alto, lo susurró, no sé si por miedo a que alguien imaginario lo escuchara o simplemente por hacerse el interesesante.
-¿El qué? -hice lo posible para parecer neutra, pero creo que no lo conseguí demasiado.

Separó su frente de la mía para darme un beso en la mejilla. Por un momento creí que el destino de ese beso no era precisamente ese. Estaba quieta, no podía moverme. Había logrado que me pusiera nerviosa.

-Pues la conversación de antes.. ¿no? -sonrió.
-Ah.. claro claro.. -¡joder Anna despierta hija!

Se dio la vuelta y se fue. No se giró para mirarme por última vez como en las películas, pero juraría que aún seguía con esa sonrisa pícara en el rostro. Cerré la puerta y me apoyé en ella abatida.

Él consigue lo imposible -pensé- ha conseguido que mi único objetivo de hoy, hablar con él para preguntarle qué pasa se haya desvanecido. Conseguir que me olvide de todos los motivos, de todos los por qué. Consigue que deje de preguntarme por qué las cosas van bien o mal. Hasta hace apenas unos segundos mi propósito no era saber la verdad. Era besarle.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Capítulo 7. Tú antes que él.

No, no lo cojo. Esperé tensa hasta que dejó de sonar. Cuando lo hizo respiré tranquila. Volví a apoyar la cabeza en la bañera, pero cuando fui a meter las manos volvió a sonar. Cogí el móvil para estar segura de que era él otra vez. Me quedé mirando la pantalla como una estúpida. Muy fijamente. Leía una y otra vez el nombre. En realidad debería cogérselo. Dejó de sonar. Salí de la bañera y me puse una toalla alrededor. Fui hasta el salón y dejé el móvil encima de la mesa. Si sonaba, no quería oírlo. De repente sonó el timbre. ¡Mierda! Corrí hasta la puerta. Me puse de puntillas y me asomé a la mirilla. Rápidamente me di la vuelta y apoyé de golpe la espalda contra la puerta.

-¿Anna? -dijo lo suficientemente alto como para que lo oyera.

Me giré, resoplé y abrí la puerta.

Y ahí estaba él. Con la mano en la nuca. Nunca sé si está rascando o es un gesto sin más. Tenía la cabeza un poco agachada, aún así miraba de frente. Sin tacones soy más baja que él.

-¿Qué pasa? -intenté no parecer seca, pero creo que sólo se quedó en un intento.
-Tenemos que hablar, me parece -ya había dejado de tocarse la nuca. O rascársela.

No dije nada. Abrí un poco más la puerta para que entendiera que hondeaba la bandera blanca.

-Pasa -lo dije sin mirarle a los ojos.

Entró en casa. Lo miré de arriba a abajo. A veces es inevitable no hacerlo. Se giró rápidamente mientras se mordía la comisura del labio. Normal que luego se esté quejando todo el día de que tiene calenturas.

-Sientate en el sofá. Voy a vestirme.

Me fui del salón y entré en el baño. Dejé caer la toalla mientras resoplaba. Cogí la ropa interior y comencé a ponérmela cuando llamó a la puerta del baño. Me giré y vi que metía sólo el brazo. En la mano tenía un móvil. Mi móvil.

-Tu novio -lo dijo de la manera más seca que hay de decir algo.
-Cuando deje de sonar apagas el móvil. Ve al salón, siéntate en el sofá y espérame.
-Anna, es tu novio ¿no le quieres coger el teléfono? -ahora noté sorpresa en su tono de voz.
-Haz lo que te he dicho y calla.

Sacó el brazo y cerró la puerta. Terminé de vestirme enseguida, me solté el pelo y me fui al salón.

Me senté a su lado. No lo más pegada posible ni mucho menos. Había distancia entre su cuerpo y el mío. Se dispuso a hablar, o eso creí, pero le corté.

-Empiezo yo. ¿Qué pasa con Miki? Os oí hablar a ti y a Flo hoy. Eres mi amigo y él es mi novio. Tengo derecho a saberlo. Sé que empezarás con tus movidas de "es mejor que no lo sepas" pero esta vez quiero saberlo. Sí, os he escuchado sin permiso, he sido una cotilla y no debía hacerlo, pero por lo que veo he hecho lo correcto. Ahora me vas a explicar qué pasa, porque no le he cogido el teléfono por miedo a que él fuera a contarme lo que pasa antes que tú. Quiero que me cuentes que pasa antes que él. Eso dice bastante creo yo. Así que dispara de una vez.

Me estaba mirando sorprendido. Nunca lo había visto mirarme así. Nunca lo vi tan atento a las palabras de alguien. Miró al suelo y suspiró. Subió la cabeza y me miró a los ojos.

-Tienes razón.

Capítulo 6. Qué, quién, por qué.

Seguía mirándome al espejo. Ya había dejado de insultarme a mi misma. Ahora estoy preguntándome por qué Dani se comporta de esa manera, y sobre todo, por qué cuando le hablo de Miki se pone así. Ha sido él el que ha sacado el tema.

El programa fue bien, aunque no del todo. Cuando sale Cristina me suelen dejar un poco de lado. Lo malo no es eso, porque entiendo que si ella sale pues le den más protagonismo a ella que a mi. Lo malo es que hoy ya ha sido demasiado. Dani estaba muy gracioso con ella. Se han echado unas miradas alucinantes y se han estado riendo de cosas que sólo ellos entienden.. No Anna, celos no.

Acabamos el programa. Fui a mi camerino a cambiarme aunque regresé para hablar con con Moni y María. Flo y Dani se habían ido hace rato. No sabía si seguían por allí o se habían ido ya para casa. Fui hacia mi camerino cuando oí hablar a Dani. Qué raro que siga aquí. Estaba un poco alterado. Hablaba con alguien. Me paré a escuchar ya que la puerta estaba cerrada y no podrían pillarme.

-Flo, ¿qué gano yo con esto? Nada. No soy capaz de inventarme algo como eso ¿vale? ¿En serio me crees capaz? -dijo Dani casi gritando.
-No hombre no.. a tanto no llegas. Pero es que no puedo creérmelo. ¿Y te dijo todo eso? ¿Seguro? ¿Con ésas palabras? -Flo parecía preocupado y a la vez muy sorprendido. Lo noté en el tono de voz.
-Esas cosas no se olvidan. ¿Cómo puede ser tan.. tan.. cabrón?
-¿Y Anna sabe todo esto? -¿a qué esta conversación tiene que ver conmigo? Entonces sí que me quedo a escuchar.
-Pues ni idea.. Pero yo pienso que sí. Está muy rara y me da que le ha hecho caso a su noviecito..

Me apoyé en la pared. Tocada. Aún no hundida ¿Qué ha pasado con Miki? ¿Qué le ha dicho Dani? ¿Por qué piensa que yo lo sé? ¿Por qué Flo se sorpende? ¿Es algo malo?
Oí el crujido de una silla y supuse que uno de los dos se había levantado de su sitio. Corrí hasta mi camerino. Entrecerré la puerta. Cogí el bolso. Suerte que ya tenía las cosas dentro y me había cambiado antes. Disimulé e hice como que salía justo de allí. Era Flo el que salía.

-¿Anna? Pensé que ya te habías ido.. -tras decirme esto cerró la puerta del camerino de Dani de golpe.
-No.. me quedé hablando en plató. Me voy a casa ya. -intentaba parecer lo más sincera posible.
-Oye.. antes de que te vayas. Sabes que si pasa algo con quien sea, si tienes un problema o cualquier cosa puedes contármelo. Tengo unos años más pero a la vez he vivido más cosas que tú y.. bueno, puedo ayudarte en lo que quieras.. -Estaba claro que pasaba algo gordo. Flo nunca es así.
-No pasa nada papa. ¡Lo juro! Jajaja -qué risa más falsa..
-¡Bueno! Pero ya sabes que si pasa algo..
-¡Claro! Lo tendré en cuenta. ¡Chaíto! -le di dos besos y me fui sin mirar atrás.

Llegué a casa con una mezcla de sentimientos. Rabia, dolor, preocupación. ¿Qué pasa? No entiendo nada... Lo mejor será que me prepare un buen baño. Luego tengo pensado llamar a Dani. Lo invitaré a casa, o le diré que quedemos en algún lado. Tengo saber ya que pasa, y si para eso tengo que reconocer que les estuve escuchando sin que se enteraran.

Cogí las sales de baño que tenía en el armario, preparé la bañera con el agua súper caliente, me recogí el pelo en un moño y me metí en la bañera.

Ahh.. Esto sí es vida. Cuando ya llevaba más de 10 minutos en la bañera sonó el móvil. Esta vez no era un mensaje. Me estaban llamando. Abrí los ojos, me sequé las manos con una toalla que tenía a mano y miré la pantalla del móvil.

Mierda.. -dije en voz alta. ¿Lo cojo?

jueves, 15 de septiembre de 2011

Capítulo 5. Torpe, celosa y odiosa.

El despertador por suerte sonó a su hora. Me levanté e hice lo típico: ducha rápida, desayuno, escucho la radio un poco y al programa. Estaba rayada, muy muy rayada. Había conseguido dormir bien y no tener pesadillas, ni soñar con Dani, pero ahora tengo que enfrentarme a la realidad y tengo que hacerlo de manera pacífica, sin agobiarme. Al fin y al cabo tampoco a cambiado tanto las cosas.. ¿no? ¡¿NO?! Uf.. será mejor que deje este tema a un lado o que hable con Dani. No sé qué prefiero.

-¡Buenos días Anna! -era María, que me saludaba efusiva como todas las mañanas. Ésta chica no para.
-¡Hola María! -dije con una sonrisa yendo hacia mi camerino.

Agarré el manillar de la puerta de mi camerino cuando oí un ruido. Alguien estaba girando el manillar de la puerta del camerino de al lado. Miré y, bueno, para qué miraría y no entraría... Era Dani. Me quedé mirándole hasta que se percató de que estaba allí y de que le estaba mirando fijamente. Se me quedó mirando mientras se mordía el labio superior. Una de sus muecas. Supongo que estaba así por lo de ayer. Me puse nerviosa y al querer entrar tan deprisa en mi camerino me di con la puerta en las narices. Genial Annita, eres patética.

-¡Auch!
-¡Abuela! -gritó él.

Le miré mientras me tocaba la nariz con la mano. La verdad es que me había hecho daño. Lo miré. Se había puesto serio de repente. Joder -pensé- no puedo estar así, de malhumor, él no tiene la culpa de nada, son mis rayadas... Y me puse a reír. A carcajada limpia. Él al verme también sonrió. Entré en mi camerino (ésta vez sin demostrar mis hazañas como torpe) y Dani me siguió. Supuse que querría hablar conmigo.
Se sentó en el sofá y yo en la silla.

-¿Qué pasó ayer? Te fuiste muy rápido. -No me miraba a la cara. Estaba mirando todo el rato al suelo con la cabeza agachada.
-Eeeh.. nada. Se me había olvidado que tenía que hacer una cosa importante- Yo también miraba al suelo, pero subí mi mirada para verle a él.

De repente pareció como si alguien llamara a la puerta del camerino de al lado, el de Dani. Me miró y ambos fruncimos el ceño. Mi puerta estaba medio abierta, pero alguien llamó.

-¿Puedo? -asomó la cabeza y su mirada pasó de largo en la mía y miró directamente a Dani- ah, estabas aquí.. siento interrumpir. ¡Es que tenía que hablar contigo!
-Claro, voy. Espérame en mi camerino que voy en seguida.

Cristina cerró la puerta y se fue tras haber asentido con la cabeza. Miré a Dani. Me estaba mirando pero no decía nada, como es normal en él desde hace un par de días.

-¿Habéis vuelto? -¿qué digo? ¿estoy tonta? Anna hija, cada día estás peor.
-¿Quién? ¿Cris y yo? ¡Qué va! Jajaja. No,no.. Por cierto, ¿qué tal van las cosas con tu novio? Me dijiste ayer que estaba muy celoso y eso.. -ha cambiado radicalmente de tema, encima se ha puesto a hablar del único tema que no me gusta hablar con él. Encima le noto nervioso. ¿Qué pasa?
-¿Eh? Ah, pues no sé nada de él. No tengo noticias frescas, lo último es lo de ayer. Celoso. Aunque ya sabes que a mi lo de los celos no me va tengo que reconocer que es un cielo.. Me cuida, me ayuda, me quiere. Un amor. -creo que lo he dicho todo con un rintintín odioso. Odio los celos y creo que me he puesto celosa.
-Sí.. un cielo Miki.. te cuida mucho sí.. -mientras decía todo eso no me miraba a los ojos.

Se levantó del sofá mientras se tocaba el pelo. Más bien creo que se estaba rascando la cabeza. Tenía los dientes apretados, aunque tuviera la boca cerrada la mandíbula se le marcaba mucho.

-Chao Anna, que me espera Cristi- abrió la puerta y se fue. Dio un pequeño portazo.

Me miré al espejo. Eres tonta -dije en alto- muy tonta.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Capítulo 4. Ex.

-Hace mucho que no me hablas de tus ligues- no sabía muy bien lo que había dicho, pero no quería que el silencio durara mucho más.
-Ya... es que no hay ligues. Le echo el ojo a alguna, pero no quiero nada en este momento.
-¿Qué no quieres nada en este momento? ¡Por favor! El señorito Martínez, apodado "el ligón cabeza loca" no quiere rollos ahora. ¿Ah no? Ahora no quiere líos, ¿no? -todo esto lo dije con una sonrisa en la boca, dándole a entender que estaba de broma.

Dani sonrió, más bien soltó una ligera carcajada y me miró a los ojos. De pronto bajó la cabeza y suspiró. Bebió un trago de la poca cerveza que le quedaba e hizo una mueca. No entendía muy bien qué le pasaba. Llevaba unos días tan raro.. Antes era todo más fácil. Antes tonteábamos sin pensar en nada, sin saber si lo que hacíamos estaba bien o mal, ahora es distinto, no sólo por mi parte sino también por la suya. No lo entiendo.

-¿Pasa algo Dani?
-¿Qué va a pasar? No pasa nada Annita...
-Me pierdo contigo. Llevas unos días muy raro, y te conozco. ¿Qué pasa? -intenté tocarle la mano para que supiera que me podía contar lo que pasaba, pero no lo hice. No sé por qué, pero no lo hice.
-Nada, te estoy diciendo que no pasa nada -estaba claro que quería dejar ahí el tema, se había puesto serio- ¿Y tú qué? ¿Qué tal con.. Miki?
-Bien. Todo bien. Aunque últimamente está un poco mosca, muy celoso y no me gusta nada.
-Ya.. sé lo poco que te gustan los celos.. Aún recuerdo cuando le contaste que fuiste mi novia, cómo se puso..

¿QUÉ? ¿Ha dicho "mi novia"? ¿Refiriéndose a mi? Joder, joder, joder. Sí, ha dicho "mi novia". Pero si yo creí que sólo tuvimos un rollo, que no me consideró eso.. su novia. ¿Osea que fui su novia? ¿Me consideró su novia? Es decir que él fue mi novio. Esto cambia las cosas joder.. ¡Hemos sido novios!
-¿Anna? ¡Anna! -me dio un pequeño golpe en el hombro para que le hiciera caso -¿me estás escuchando?
-¿Eh? ¡Ah! ¡Dani! Osea.. tengo que irme -recogí mi bolso y me levanté deprisa.

Dani me cogió del brazo y me giró para que le mirara a la cara.
-¿He dicho algo malo?
-¡No! Adiós Dani.

Y me fui casi corriendo de allí. Joder, me había asustado ¿vale? Ahora Dani no es mi amigo, es mi ex novio. Empecé a caminar rápido hasta mi casa sin darme cuenta de que ni había pagado el cortado. Pensé en él, en Miki, en que desde aquella vez que nos liamos estaba convencida de que para Dani sólo había sido un rollete. ¡Me consideraba una novia joder! Sí es cierto que nos dimos más de dos, tres, cuatro y cinco besos, y que dormimos juntos y que... y que tuvimos sexo, ¿o que hicimos el amor? Vale, ¿fue sólo sexo? ¿o fue amor?
Había llegado a casa ya. Me hice una sopa y me metí en la cama tras haber visto la tele un rato. Quería dormirme lo antes posible y olvidar el estúpido día que había tenido. ¿Estúpido día o estúpida yo? La segunda opción tiene todos los boletos..

Capítulo 3. Su mano con la mía.

Llegué a casa y dejé el bolso en la mesa que hay justo al entrar. Me eché en el sofá a ver la tele y me quedé dormida. Estaba muerta de cansancio. Al rato sonó mi móvil. Un mensaje de texto. Me levanté sin ganas y lo leí. “Anna, estamos en el bar que está cerca de tu casa Dani y yo. Vente y nos tomamos algo. Es una quedada informal, no vale hablar de trabajo. Un besin” Era de Flo. Aunque no había descansado del todo me apetecía bajar y reírme un rato.  Me cambié de ropa para bajar con algo más cómodo, cogí el bolso, cerré la puerta y me fui.

Entré en el bar y tras unos segundos los localicé. Estaban sentados uno en frente del otro en una mesa un poco apartada de las demás. Había poca gente por suerte. Me acerqué a ellos y en cuanto me vieron sonrieron. Me senté entre ambos.

-¿Qué quieres tomar Annita? –me preguntó Flo.
-Un cortado.

Se levantó de la mesa para pedirme el café y supongo que otro par de cervezas para ellos porque ya las habían terminado. Miré a Dani y me sonrió. Esta vez yo también le sonreí, pero de verdad, no una media sonrisa, ni una mueca. Una sonrisa.

-Me alegro de que hayas venido- dijo hablando un poco más bajo mientras me tocaba la pierna con la mano.

Nos lo estábamos pasando genial. La verdad es que cuando acabábamos el programa solíamos tomar algo todo el equipo, pero hacía tiempo que no estábamos fuera los tres solos. Hablamos de todo un poco, incluso alguna cosa del programa soltamos, aunque todo se basaba en contar anécdotas divertidas, en reírnos, pasarlo bien. En éstos momentos son en los que me doy cuenta de que no sé qué haría sin ellos.

Tenía mi codo derecho apoyado en la mesa, y el otro brazo más relajado, con la mano izquierda medio apoyada en la mesa. De repente noté algo en mi mano. Miré disimuladamente y sí, era lo que imaginaba. Dani estaba rozando con su mano la mía. De forma discreta, sólo con su dedo meñique. Le miré. Él estaba mirando a Flo, ya que era él el que estaba hablando, contando una vieja anécdota de una barbacoa con su mujer y sus hijos. Yo sonreí, inconscientemente lo hice. Creo que se dio cuenta. Bajó la cabeza y se mordió el labio inferior.

-¡Chicos! –Dani y yo pegamos un bote. Él dejó de acariciarme y yo moví mi mano rápidamente – tengo que irme ya. He quedado con mi mujer para ver no sé qué movidas suyas.

Se despidió de nosotros. A mi me dio dos besos y a Dani una palmadita en la espalda. Ambos seguimos a Flo con la mirada hasta que se cerró la puerta del bar. En ese mismo instante no puedo decir qué es lo que pasó. Dani y yo nos miramos. Creo que estábamos sonriendo. Nos quedamos solos. Él y yo. Ninguno de los dos decía nada. Creo que él no estaba por la labor de hablar, así que me decidí, y hablé yo.

martes, 13 de septiembre de 2011

Capítulo 2. Nadie.

¡No! Por favor. Haré mejor las cosas, cambiaré. Puedo ser aún más profesional. Haré lo que me pidas pero no me hagas esto. No por favor. Pensé que éramos más que compañeros, pensé que éramos amigos. ¡Flo por favor! ¿Y  ahora qué hago yo? ¡¿QUÉ HAGO?! Me despierto sobresaltada. Joder, era una pesadilla. Parecía todo tan real... Miré la hora. Las 09:44. Es muy pronto aún, aunque no creo que pueda dormirme. Mejor me levanto.

Me duché, desayuné y ahora estoy camino de plató. No son ni las 11. Creí por un momento que mi sueño era real y me asusté. Aunque tengo que pensar que eso podría pasar. No soy imprescindible en el programa. Entre tanto pensamiento he llegado ya. Pensé en entrar en mi camerino como siempre, pero pasé de largo. Me fui directa a la terraza. Saqué la cajetilla de tabaco, pero me arrepentí. Fumar no. Tengo que dejarlo. Me quedé absorta mirando a la nada. Estaba completamente en mi mundo. No pensaba en nada, peor pensaba en todo.

-¿Abuela? ¿Qué hace usted aquí? - Es Dani. Su voz es inigualable. Además, es el único que me llama abuela. Cosa que no me gusta demasiado, pero cuando me llama él así me hace gracia.

Me giré y lo miré, aunque ya estaba prácticamente a mi lado. Entonces sonrió y como respuesta intenté sonreír, pero sólo imité una sonrisa. Arqueé mis labios, nada más.  

-¿Qué te pasa? -preguntó mientras arrugaba el ceño.
-Nada.. no he dormido muy bien. Tuve una pesadilla- dije mientras miraba el paisaje.
-Serás una abuela, pero a veces pareces una niña... ¿Y qué soñaste?

En su tono de voz noté verdadera curiosidad. Aunque sea un cabeza loca tiene un corazón enorme. Suelo contarle todo, y él a mi también. Se preocupa mucho por mi, y eso me gusta. Es increíble.

-Que Flo me echaba -dije muy seria.
-¿Y estás así por esa tontería? Anna, esto no sería lo mismo sin la rubia loca que nos frena cuando se nos va la olla, la que pone orden siempre. Aunque claro, pensándolo bien, podríamos coger a alguien mejor. ¡Qué coño! La misma Cris podría sustituirte.

Lo miré enfadada aunque él se estaba riendo. Le di un manotazo en el brazo y fue entonces cuando entendió que estaba cabreada de verdad, y me preocupaba mucho esa posibilidad. Dejó de sonreír. No le estaba mirando, pero había dejado de oír su risa. Colocó su brazo izquierdo en mi hombro acariciándome así toda la espalda. Acercó su cabeza a la mía, y me susurró "Nadie podría sustituirte cuqui" Sonreí. No dije nada pero sonreí. Él hizo lo mismo y dejó de abrazarme. Ya era un poco tarde así que bajamos.

Yo estaba en mi camerino leyendo el guión, aunque no estaba enterándome de mucho. No paraba de pensar en lo que había ocupado mi mente toda la noche y toda la mañana. También me di cuenta de que él es el único que, con tan sólo decir una frase, una frase de cuatro simples letras es capaz de hacerme sentir bien.

El programa fue genial. No sabía si tendríamos mucha audiencia o no, la verdad es que nunca presto mucha atención a eso, pero para mi ha sido de los mejores que hasta ahora hemos hecho. Hemos sido nosotros mismos, y yo me sentí bien, muy bien. Dani y yo nos habíamos mirado muchas veces. Yo lo hice porque me apetecía, y él creo que con su mirada intentaba hacerme saber que todo eso sin mi no sería posible. Cada vez que me miraba sentía que trataba de transmitirme la frase que esa misma mañana me había dicho a mi, sólo a mi. "Nadie podría sustituirte cuqui"  

lunes, 12 de septiembre de 2011

Capítulo 1. Reflexionando mi vida.

Creo que ahora mismo no podría ser más feliz. Tengo estabilidad laboral,salud,dinero para subsistir,amigos,y un novio increíble. Cuando terminamos Tonterías Las Justas pensé que echaría de menos muchas cosas, pero ahora que llevamos un mes en Otra Movida no lo echo de menos. Somos el mismo equipo, aunque me falta Romina. Muchas veces la echo de menos. Aunque trabajando mano a mano con Flo y Dani es difícil echar de menos a la gente. Siempre me preguntan cómo puedo aguantar a éstos dos gañanes y yo siempre contesto que es algo fácil, que cuando estoy con ellos soy feliz. Flo es como mi padre aquí en Madrid y Dani.. No, Dani no es como un hermano. No puedo mentir, con Dani es.. otra movida. Y nunca mejor dicho. Con él tengo una complicidad que no tengo con nadie. Hay feeling. Lo hubo desde que nos conocimos en Éstas no son las noticias. 

Me hace gracia que las fans nos hagan historias, vídeos.. Creo que en realidad no es risa lo que me causa sino algo más complicado. Antes no era muy consciente de cómo actuaba con Dani; al principio no pensaba, hacía lo que en el momento me apetecía con él. Luego cambié un poco ya que la relación de pareja que mantenía con mi novio se estabilizó y empezamos a ir en serio y bueno, me cortaba un poco más a la hora de estar con Dani por respeto a él. Entonces un día cuando estaba en mi camerino entró Dani como siempre; antes de empezar con el programa hablábamos de cosas, en realidad de todo un poco. Me comentó que por casualidad vio un vídeo que una fan había hecho de nosotros, y me dijo que buscara y viera esos vídeos, al menos para que me riera un poco. Fue entonces cuando empecé a ser consciente de que mi relación con él no era normal. Sabía que tonteábamos, ¿pero tanto? Y me di cuenta de que Dani era especial, no sabía exactamente de qué manera lo era, pero lo era y lo sigue siendo. 

Y mi relación con él mosquea mucho a mi novio, Miki. Él sabe que.. bueno, que una vez Dani y yo tuvimos un rollete, pero fue algo totalmente informal. El roce hace el cariño, ¿no? Y que ahora él sea un gran amigo mío pues a él le jode un poco. Y que encima tengamos esa complicidad pues aún más. Muchas veces me monta escenas de celos, algo que no entiendo del todo, porque si estoy con él es porque le quiero, si quisiera a Dani de esa manera estaría con él.. ¿no?

Bueno, supongo que antes de intentar explicar mi vida es mejor que me aclare yo misma. Lo cierto es que cada dia tengo un pensamiento distino, cada día pienso una cosa diferente y eso no me gusta nada. Conocer a Dani me ha cambiado la vida. Esa es mi reflexión de hoy.