domingo, 26 de febrero de 2012

Capítulo 70. Me quiere.

Lo miraba cada dos segundos, y cada vez que lo hacía lo veía sonreír. Me llevó hasta casa y una vez allí, paró el coche. Quitó las manos del volante y me miró. Sonreí.

-Subes, ¿no? -dije mirándolo pícaramente.
-¿Quieres que suba? -dijo sonriendo.
-Claro.

Asintió sonriendo y yo abrí la puerta del coche. Cuando la cerré, ya estaba a mi lado. Miró hacia los lados y me agarró de la mano suavemente, entrelazando nuestros dedos. Caminamos hasta el portal y, como pude, abrí la puerta. Cogimos el ascensor y presioné el botón de mi piso a duras penas, ya que ya estaba abrazándome por detrás.

-Te adoro Simon..
-Estás muy tonto tú.. -dije entre risas.
-Tu culpa..

Llegamos a la planta y abrí la puerta del ascensor. Me acerqué a la puerta de mi casa y la abrí. Él se encargó de cerrarla con el pie. Comenzó a darme besos por el cuello.

-Dani.. Dani..
-¿Qué.. quieres? -preguntó molesto entre besos.
-¿Estás seguro de esto? -pregunté acariciándole las manos que tenía entrelazadas en mi tripa.
-¿A qué viene esa tontería? Claro que lo estoy. -dijo tras apoyar su cabeza en mi espalda.

Me giré como pude y lo miré a la cara. Con mis manos en su cara, me acerqué a sus labios y lo besé despacio. Ya no había prisas, ni miedos, y se lo quería hacer ver con ese beso sincero. Me separé y lo miré a los ojos. Sonrió. Volvió a juntar nuestras bocas, pero esta vez con un toque de pasión. Bajé mis manos hasta su torso y de ahí, las llevé hasta su nuca, acariciando su cuello con mis manos frías y temblorosas. Él empezó a caminar hacia delante, conmigo. Yo estaba de espaldas, pero sabía perfectamente a dónde quería llevarnos.  Me dejé llevar hasta notar que ya estábamos en mi habitación. Caminaba hacia atrás, pero al estar tan concentrada en besarlo y en que me hiciese feliz, me tropecé con la cama y caí tal pato en ella. Él, encima, aplastándome.

-Qué pava eres, hija.. -me decía entre risas.
-Calla anda.

Y volví a besarlo, sin poder aguantar más esa distancia de unos segundos. Bajé mis manos hasta el principio de sus vaqueros, y metí ligeramente las manos dentro de su camiseta. Acaricié con mis dedos la tira del calzoncillo que sobresalía del pantalón. Se estremeció. Él, jugando al mismo juego, me levantó la camiseta metiendo sus manos por dentro y acariciándome la barriga. Lo empujé a un lado y nos hice girar. Me coloqué encima y me senté sobre él. Me quité la camiseta rápidamente. Me agaché de nuevo y le dejé tiernos besos en su pecho, a medida que con mis manos subía su camiseta hasta quitársela.

Los minutos pasaban rápidos, tanto que parecían segundos. Ya estábamos completamente desnudos y él no paraba de besarme todas las partes de mi cuerpo. Yo sonreía y emitía pequeñas carcajadas que apenas podían oírse pero, que se oían. Subí su cabeza hasta mi altura y lo miré a los ojos. Me entendió y al fin, me hizo disfrutar como él solo sabe. Ésa sería la primera vez que lo hiciéramos desde que empezamos a ser novios de verdad. La primera de tantas. Esa manera de disfrutar del amor que sentíamos el uno por el otro sólo era propia de él, y ¿sabéis que? Ahora mismo sé que me quiere, y lo sé no porque me haga el amor, o me bese con pasión, sino por los pequeños detalles. Porque cuando pega tanto su cuerpo al mío, me mira a los ojos, porque cuando me besa, cierra los ojos antes que yo, porque cuando ve aprieto fuerte la sábana de la cama, coloca su mano encima de la mía y la agarra fuerte. Porque todo eso es lo que me hace saber que ahora mismo me quiere, no me hace saber que mañana lo siga haciendo, o que lo haya hecho durante meses, pero sí que ahora mismo lo está haciendo, y es mío, tan sólo mío.

domingo, 19 de febrero de 2012

Capítulo 69. Ahora no podemos perder.

Entré y me lavé la cara con agua fría. No podía permitir que Miki me destrozara. Ahora estoy feliz con Dani y nadie puede estropearme eso. Salí de allí. Entré en mi camerino y recogí mis cosas. Había pensado en ir a por Dani, pero estaría hablando con Cris y no quería molestar. Me puse el abrigo y salí fuera. Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo. Odio el frío. Caminé rápidamente, así me olvidaba ligeramente del frío. Caminando y caminando llegué a mi casa. Nada más entrar me sonó el móvil. Rebusqué en mi bolso. ¿Flo?

-¿Si?
-¡Anna! ¿Te has ido?
-Sí, acabo de llegar a casa, ¿por qué?
-Se me olvidó decirte que hoy teníamos que quedarnos para grabar un anuncio por mis 15 años en televisión.
-Joder..
-Mando a Dani a buscarte, ¿vale?
-Vale. Chao.

Y colgué. Me senté en el sofá a esperar a Dani. Aprovecharía y  le preguntaría por qué tal le ha ido con Cris. A los 10 minutos oí la bocina de un coche. Me había aprendido de memoria ese sonido, el sonido de la bocina de su coche, así que bajé sin asegurarme de si era él o no. Salí a la calle y estaba en lo cierto. Me acerqué a su coche, abrí la puerta y entré.

-Hola princesa. -me dijo sonriendo.
-¿Hoy no me besas?
-Es que me siento un poco mal..
-¿Qué ha pasado con Cris? -pregunté cansada.
-Pues que casi se echa a llorar en mi cara. Anna, sabes que no me gusta nada tener una mala relación con mis ex, y menos con ella que está trabajando con nosotros.
-¿Y te crees que yo me siento bien? Que llevo más tiempo con Miki que tú con ella, joder.
-Vale, no discutamos ahora, que hay prisa.

Ni lo miré después de decir esto. Miré a la ventanilla y esperé a que llegásemos. Una vez allí, nos juntamos en plató y grabamos el anuncio. Recogí de nuevo mis cosas y me dispuse a irme cuando alguien me agarró del brazo cuando salía del camerino.

-Anna.. -era Dani.
-¿Qué? -pregunté de manera prepotente mirando hacia él.
-Pues que no te enfades, joder.
-¿Que no me enfade? Antes me puse yo mal por Miki y me dijiste que por favor que no estuviera pensando en acabar con esto, y ahora, hablas tú con ellas y me dices que no me besas porque te sientes mal. ¿Cómo quieres que no me enfade? Dani, yo no puedo vivir con la angustia de qué estarán pensando ahora nuestros ex de esto. Si me quieres, y quieres que esto salga bien, tienes que olvidarte del qué dirán. No podemos impedir que se sientan mal, pero no podemos hacer que sus males influyan en esta relación.

Se quedó mirándome muy seriamente. Al ver que no contestaba me fui dándole un pequeño golpe con mi hombro en el suyo. Tiré hacia delante con ganas de llorar, pero las aguanté. No quiero más lágrimas, no quiero estar triste.. Me gustaría que por una vez me saliera todo bien. ¡Pero es que esto tiene que salir bien! Hemos luchado por esto, lo hemos pasado mal.. ¿por qué ahora parece todo tan complicado? ¿por qué no dejamos de discutir ni de encontrar obstáculos cuando el camino parecía tan llano?

Una vez fuera de plató, en vez de irme a casa, me paré en la pared del edificio. Me apoyé allí y metí mis manos en los bolsillos del abrigo. Un cigarro, y perdí la cuenta de las caladas. Apenas habían pasado cinco minutos cuando lo vi salir del edificio. No me vio. Al menos hasta que se acercó a su coche, a pocos metros de distancia. Una vez allí, al abrir la puerta del coche, se quedó mirándome. Yo seguía dándole caladas a un cigarro que se había convertido en una mísera colilla. La tiré al suelo y con mi zapato la pisé. Me fui acercando a él con las manos en los bolsillos. Una vez cerca lo miré a los ojos y hablé, dije todo lo que tenía que haberle dicho.

-He luchado mucho por esto para que ahora sigamos con los mismo obstáculos de siempre. Yo no sé si te estás cansando de mí, si quieres volver con ella, o si simplemente te sientes mal, pero la verdad es que no me importa. Estamos juntos y nadie nos va a quitar eso, ¿de acuerdo? Hemos sufrido muchísimo y ahora no quiero estar todo el día de malas. Si me quieres, aunque sólo sea un poco, olvida a Cristina, olvida a Miki, olvida todo lo que ahora tenemos que dejar atrás para estar juntos, por favor. -dije y, tras esto, me coloqué un mechón de pelo detrás de la oreja.

Me miraba muy fijamente, y, contra todo pronóstico, sonrió. Una sonrisa sincera, con ganas. Parecía realmente feliz. Se acercó a mí y me abrazó tan fuerte que sentía el latido de su corazón. Me susurró algo al oído y yo sonreí. Me separé de él y nos montamos en el coche. Encendió la radio y yo me encargué de subir el volumen. Sonaba 'Lo que me gusta'.

"Despertarme de la cama y ver que estás, me conquistes cada día un poco más, cómo hiciste, qué dijiste, cada noche en la puerta de tu portal. Me gusta que des la vuelta y que al girar me vigiles por si acaso vuelvo atrás. Sonreírte y decirte, esta noche contigo ha sido genial"

lunes, 13 de febrero de 2012

Capítulo 68. Lo que hay detrás.

-Eh.. -dije confundida- ¿..qué pasa aquí?
-Pasa que ya sé que estáis.. *ajam* juntos. -dijo Flo entre risas.
-¿Así de fácil? Quiero decir, lo he pasado fatal, he llorado, me he sentido una mierda, y ahora, así, de pronto, ¿estamos todos felices? -pregunté muy sorprendida.
-¿Ya se está usted quejando? -preguntó Dani.
-¿Yo? ¡Pero si yo estoy feliz, tonto! -dije con una sonrisa muy amplia.
-Pues entonces todos estamos felices. -dijo Flo.

Se marchó tras un par de bromas más y nos quedamos los dos solos en el pasillo. Me giré para ir a mi camerino y leerme un poco el guión cuando al hacerlo, sentí sus manos en mi tripa haciendo que yo retrocediese.

-Eh, eh, eh.. ¿el primer día de pareja y ya te escapas de mí? -me dijo al oído.
-Dado que tengo que leerme el guión.. -dije deshaciéndome entre risas de sus brazos.
-¿Y si lo leemos juntos? -dijo volviéndome a agarrar.
-Estás muy tontito, eh. Te tengo loco. -dije mientras caminaba hacia mi camerino con sus manos aún en mi tripa.
-Ya.. -dijo riéndose.

Entramos en mi camerino y estuvimos intentando leer el guión. Parecía un buen programa, aunque es difícil decirlo mientras tienes a alguien abrazándote y besándote todo el rato.

Llegó la hora de empezar y salimos dispuestos a todo, con una gran sonrisa en los labios, incluso más amplia que nunca. Todo iba bien hasta que salió Cristina. No la conozco mucho pero, nunca la había visto así. Estaba seria, triste.. Y es que en el fondo la entendía. Me había centrado tanto en Dani y en mí que no me había parado a pensar en Cris ni en.. Miki. Joder, ¿cómo estará? Vale que sea mi ex pero.. ante todo es una persona que me importa. Por Cris no puedo hacer nada, pero por Miki sí, quizá debería llamarlo..

Acabó el programa y me fui a camerino disparada, dispuesta a llamar a Miki. Busqué su número en la agenda y, tras que mi dedo temblara un par de veces, llamé. Un tono, dos, tres, cuatro.. Cógelo Miki, joder -pensaba-

-¿S.. sí? -preguntó con sorpresa y, creo que, tristeza.
-Hola Miki.. -se me hacía tan raro llamarlo así y no amor, o cielo..
-¿Qué quieres, Anna? -dijo con prepotencia.
-Sabes cómo estás. No tengo tan pocos sentimientos.
-Pocos tuviste al dejarme por ése.
-Miki por favor. ¿Qué querías qué hiciese? ¿Acaso no puedo ser yo feliz?
-Yo podía hacerte más feliz.
-Siento decírtelo pero no, no podrías.
-Está bien, Anna. ¿Querías saber cómo estoy? Pues estoy bien, sí, bien, y me alegro de que tú también lo estés. -dijo antes de colgar.

Colgué yo también y tiré el móvil en la mesa cabreada. Salí de allí para ir al baño y despejarme un poco cuando, al abrir la puerta, me encontré a Dani apoyado en la pared con los brazos cruzados mirando al suelo.
Lo miré con pena, y culpabilidad.

-Lo siento.. -dije mientras me tocaba una mano con la otra y fijaba mi mirada en ellas.
-No tienes que sentir nada. -dijo levantando la vista.
-Ya pero..
-Sin peros. No me ha molestado Anna joder, claro que no -dijo mientras se ponía frente a mí y me agarraba de las manos- lo entiendo. Incluso yo debería hacer lo mismo con Cristina..
-Es que no podemos olvidar que detrás de toda esta feliz hay dos personas sufriendo. -dije mirando al suelo.
-Ey, eh, chst,  mírame -dijo levantando mi barbilla con sus dedos- dime que no te echas atrás, por favor, dime que no.
-Nunca Dani, nunca. -dije simulando una sonrisa.

Me abrazó y me besó la mejilla. Me dijo que lo mejor sería ir a hablar con Cris, y yo asentí. Él se fue en su busca y yo me dirigí al baño.

lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 67. JUNTOS.

Sonreí, sin pensarlo sonreí. Me abracé a él tanto que casi lo rompo a cachos. No quería separarme de él, pero no quería hacerlo nunca. Si en algún momento había dudado de todas las locuras que había hecho ahora ya nada quedaba de todas esas dudas. Ser infiel al que ahora es mi ex, llorar, romper con todo, enfadarme, odiar, todo eso ahora estoy segura de que ha valido la pena. Sentía su olor pegado al mío. Escondí mi cabeza en su cuello y noté cómo él me apretaba más fuerte. Me separé de él y le agarré la cabeza con mis manos. Sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas al ver su cara de felicidad.

-¿En.enton.ces? ¿Estamos juntos? -dije tímida.
-Sólo si tú quieres que así sea. -me dijo mientras no paraba de sonreír.

No pensé, actué. Fue una de las pocas veces que lo hice, y no me arrepentí de ello. Lo besé en los labios. Fuerte, impulsiva y sensualmente. Él me agarró de la parte más baja de la espalda, casi rozando mi trasero. Yo aún seguía con mis manos en sus mejillas y mis dedos enredados en su pelo. Noté cómo me empujaba más hacia él y caminaba de espaldas, buscando el sofá o yo qué sé. Le seguí el juego y comencé a andar en esa misma dirección pero sin parar de besarlo. Sin querer, pisé su pie derecho y eso hizo que se quejara y me mordiera el labio. Se separó para poner cara de dolor mientras yo me tocaba el labio y pasaba la lengua sobre él.

-Qué bestia eres hija. -dijo mientras se tocaba el pie.
-¡Tú me has mordido! -dije aún tocándome el labio.

Ambos nos miramos y nos echamos a reír. Volví a pegarme a él y esta vez me aseguré de sentarlo en el sofá. Me coloqué encima de él, apoyando mis rodillas a ambos lados de su cuerpo. Me agarró de la cintura y pegó de nuevo sus labios a los míos.

Esa noche no nos acostamos. Nos tiramos Dios sabe cuánto besándonos y tras eso, me quedé a cenar en su casa. Os podrá parecer tonto pero, nunca había sido tan feliz. Dani es muy cabeza loca, muy despreocupado, es incluso torpe. También es orgulloso y tiene un mal perder. Sí, es todo eso, pero también es muy sensible, atento y, aunque no le guste reconocerlo, romántico. Cenamos unos filetes con patatas fritas. Como podéis ver, no necesitamos ningún tipo de lujo. A las diez y media me fui de su casa pero, insistió en acompañarme. Me llevó en coche y mientras conducía me contaba cosas, cosas sin sentido, cosas que sólo entendemos él y yo y, sobre todo, sonreía. No dejó de sonreír en todo el trayecto y es que siempre es eso lo que hace que yo sea feliz. Cuando llegamos, me miró y me tocó el muslo. Se acercó a mi y me besó en los labios. Antes de que saliera del coche, me agarró de la mano, lo miré y me sonrió. ¿Veis? Esos son los detalles que hacen que esté ¿enamorada? sí, enamorada de él.

Llegó la mañana siguiente y, extrañamente, me levanté con energía. Tras desayunar y todo eso, me fui a plató. Al entrar, busqué a Dani con la mirada, pero no había ni rastro de él. Entré en mi camerino y dejé mis cosas. Pasé por el camerino de Flo y escuché que estaba hablando con alguien. Puse un poco la oreja y me pareció que era Dani. Me quedé un rato escuchando pero no conseguí entender nada. Aburrida, me fui a buscar a María. La vi caminando a toda prisa por los pasillos.

-¡Meri! -grité, pero no me oyó.

Estará muy ocupada -pensé- como siempre. Oí la puerta de 'Flocución' abrirse y me giré sin pensarlo. Vi saliendo de ella a Dani con varios papeles en la mano. Cerró la puerta y siguió caminando hacia adelante, hacia mí, pero estaba tan metido en esos papeles que ni me vio. Me planté en medio del camino con los brazos cruzados. Cuando ya estaba a centímetros de mí, levantó la cabeza y retrocedió del susto.

-¡Coño! -dijo riéndose- Vaya susto me has dado..
-Es que eres tonto. ¿Qué llevas ahí? -pregunté mientras miraba los papeles.
-Pues tu guión, pava. -dijo mientras me lo entregaba.
-Estás muy suelto tú hoy eh. -dije mientras sonreia.
-Es que estoy feliz. -dijo mientras se mordía el labio.
-¿Y por qué estás feliz?
-Porque estamos juntos. -dijo en voz baja.

Sonreí sin pensar, como ya era costumbre. Justo en ese momento salía Flo de su camerino, y se paró justo a nuestro lado. Lo miré con miedo, justo había estado hablando con Dani y.. ¿qué coño se habían dicho para que nos mirara así?

-Aquí no eh. -dijo riéndose.

Los miré a los dos mientras se reían a carcajadas. Un momento, ¿Dani le ha dicho que estamos juntos? Sí, se lo ha dicho. Entonces, ¿ya podemos ser felices? ¿Ya podemos dejar de esconder esto?

miércoles, 1 de febrero de 2012

Capítulo 66. Y de aquí al cielo.

Lo miré sin poder creerme lo que acaba de salir de su boca. No me salían las palabras. Nacho me miraba y por fin se rompió ese silencio incómodo.

-¿Pero mi hermano no te ha dicho aún nada? Qué extraño. -dijo mientras miraba a un lado.
-Eh.. Ah.. No habrá tenido tiempo.. -dije un poco extrañada.
-Ya.. Será eso, pero no le digas que te he dicho nada, que me mata. -dijo mirándome a los ojos.
-Claro, no te preocupes.

Y se fue sin decir nada más. Yo me quedé ahí mismo, desconcertada. ¿La había dejado de verdad? ¿Y la había dejado por mi? ¿Y por qué aún no ha venido a decírmelo? Me giré y miré a mi derecha. ¡Mierda! Entré corriendo (como pude) en mi camerino y cogí mis cosas. Había visto a Dani, y no quería que me viese ahí parada como una estúpida. Agarré el abrigo y la bufanda junto con mi bolso y volví a salir de allí, ahora cerrando la puerta tras de mí. Nuestras miradas se cruzaron durante un instante, y al hacerlo, se paró ante mí cortándome el paso. Fui a mi derecha y él, así, a su izquierda. No paraba de sonreír, y aunque yo también lo hacía, tenía un poco de resquemor por el tema de que no hubiera venido a decirme nada sobre lo de Cris. Siguió con el juego y decidí decir algo.

-Dani.. -le dije aún con una pequeña sonrisa.
-¿Dónde vas, cari? 
-A casa, ¿dónde voy a ir? -dije mientras me ponía la bufanda alrededor del cuello.
-¿Te llevo? -dijo metiéndose ya en su iPhone.
-No, voy sola. 
-Vale.

Se acercó a mi y me dio dos besos. Dos besos secos, dos besos que nunca me había dado así. Dos besos, uno en cada mejilla. Ni comisuras, ni roces, ni carantoñas. Dos míseros besos. Ni siquiera me agarró de la cintura, ni me sonrió al separarse. Siguió metido en su móvil y yo caminé hacia delante sin mirar atrás.

Llegué a mi casa un poco cabreada y nada más llegar me metí en la ducha. Puse la radio con la música a tope y eso consiguió que me relajara un poco. Me coloqué la toalla alrededor del cuerpo tras acabar y cogí mi móvil. ¡¿Trece llamadas?! Espera, espera, ¿trece llamadas de Dani? Enseguida pulsé el botón de llamada y esperé a que contestara.

-¡Anna! Llevo llamándote un buen rato.. -dijo él.
-¡Estaba en la ducha! ¿Qué pasa? -pregunté un poco asustada.
-Ah no.. Que quería que te vinieras a casa un rato.. -dijo un poco cortado.
-¿Ah, era eso? -dije un poco más calmada.
-Anna, ¿qué te pasa? -preguntó más serio.
-Nada, ahora voy para allá. -dije antes de colgar.

Me vestí y salí de casa en rumbo a la suya. Encima ni me viene a buscar ni nada.. Qué raro está, ya me tiene un poco harta esta actitud. Cuando llegué a su portal, llamé al telefonillo y poco después ya estaba en su puerta, que, extrañamente, tan sólo estaba un poco abierta, ni siquiera esta él esperándome en el marco.

-¿Dani? -pregunté mientras abría la puerta lentamente.

Había poca luz, tan sólo iluminaba el salón la lámpara que tenía colocada junto a la televisión. Seguía pronunciando su nombre, pero no lo veía por ningún lado y tampoco contestaba. Entré dentro y cerré la puerta tras de mi.

-¿Dani? ¡Dani! -dije casi gritando.
-Bú.

Y de pronto alguien, tras susurrarme eso al oído me agarraba por la cintura y entrelazaba sus dedos en mi tripa. Sentí que era él y sonreí sin querer al instante. Sentí su olor, pero no olía a colonia. Era su olor característico, la fragancia de Dani.

-Me has asustado.. -dije en voz baja- ¿qué hacías ahí escondido y con esto casi a oscuras?
-Quería darte una sorpresa..

Se separó de mi y me giró de modo que quedé en frente de él. Me agarró de la cintura y volvió a entrelazar sus dedos, pero esta vez en mi espalda. Yo tenía los brazos muertos, a ambos lados de mi cuerpo. Él me miraba sonriente, y pude ver ese brillo en sus ojos, aunque apenas hubiera luz.

-Qué te pasa.. -me dijo con tono cansado.

Me harté. Me harté de mentir, de fingir, me harté de que estuviera de pronto raro y de pronto como el chico más romántico del mundo.

-Me pasa que no entiendo por qué coño has dejado a Cris y no me has dicho nada. -dije y tras esto, miré a un lado esquivando su mirada.
-¿Quién te lo ha dicho? -dijo soltándose de mi.
-¿Qué más da? El caso es que no me lo has dicho tú.. -dije sin mirarlo.
-¿Y por qué te crees que te he llamado treces veces? ¿Por qué te crees que he dejado esto así de romántico? ¿por qué te crees que quería sorprenderte? -dijo mientras se acercaba más a mi y me agarraba de la barbilla para que lo mirara - Anna, quería que fuese especial.. Desde ahora, nuestras vidas van a cambiar.
-¿A cambiar? ¿Por qué van a cambiar? -dije haciéndome la remolona.

Se acercó aún más a mi. Me cogió de la cara, apoyando ambas palmas en mis mejillas. Se quedó a milímetros de mi. Pegó lentamente su frente a la mía. Yo bajé mis manos, colocadas hasta ahora en su pecho, hasta su cadera; frené y las coloqué en su barriga. Agarré con ambas manos su camiseta arrugándola y haciendo que se acercara otro milímetro más a mi. Noté como su nariz rozaba la mía. Tenía los ojos abiertos y él también, así que pude ver cómo se acercaba otro milímetro más. Apenas quedaba espacio entre nuestras  bocas, y el aire que quedaba entre ellas estaba húmedo, caliente de tanto suspirar, de tener las bocas entreabiertas, deseosas de rozarse. Y de pronto acortó esos milímetros que quedaban y sentí sus labios húmedos en los míos, secos por culpa de la espera. Giró lentamente su cabeza y abrió sus labios para acompasar los míos. Y lentamente se separó, dejándome su sabor en mi boca.

-Todo va a cambiar porque ahora, tú y yo estamos juntos.